Estándar espiritual

Desde el deseo de recibir, que se creó como la existencia desde la ausencia, el Creador creó el mundo del Infinito. Allí, el deseo se mantiene en adhesión con la Luz en su forma final, la cual Él había deseado y establecido. Es Su influencia la que mantiene toda esta perfección junta.

Después de esto, el Creador dividió esta estructura en dos partes: el deseo de recibir y la Luz y, nos los entregó para que los usáramos. Ahora, tenemos que utilizar el deseo y la Luz con el fin de llegar a la meta, es decir, conseguir la equivalencia de forma con el Creador. Todo está en nuestras manos: una vez entendido lo que se requiere de nosotros, seremos capaces de hacerlo.

Así que, ¡adelante, empiecen a construirlo! Tienen todos los instrumentos necesarios para volver a crear, poco a poco, el estado llamado Mundo del Infinito. Sin embargo, lleva tiempo comprender y sentir este trabajo. ¿Qué es la Luz? ¿Qué es el deseo de recibir: un pensamiento o un acto? ¿Qué es un acto?

La persona se confunde y se vuelve más ignorante que un niño en la etapa inicial de su viaje de vida. Se necesitan años para comprender hasta lo más básico: la esencia de la cuestión: “¿de qué está hecho el ser creado?” y la esencia de “la fuerza que se necesita para hacer cambios”.

Se nos dio nuestra situación actual con el objetivo de tener un avance más intenso y eficaz. El mundo en el que nos encontramos no está compuesto de condiciones artificiales sino que es el resultado natural de todas las etapas de la evolución. A partir de este punto, podemos empezar a construirnos a nosotros mismos y formar algo totalmente nuevo, con la ayuda del deseo de recibir y la Luz.

En el nivel animado, tengo la oportunidad de construir un ser creado que se relaciona con el siguiente nivel, el nivel humano de la existencia, y tener una forma espiritual, en lugar de la corpórea. Uso las dos fuerzas, el deseo y la Luz, y las combino a fin de dar a luz un tercer elemento.

¿Hay en mí, tal como yo soy, alguna capacidad para lograr esto? ¿Cómo? A través de la organización de un entorno. «El entorno» representa la impresión que tengo de una utopía que deseo que se manifieste. Tengo que visualizar la imagen correspondiente y desear, con todas mis fuerzas, que se convierta en realidad. Al cincelar sus detalles, dando, así, nitidez a su imagen, y discerniendo, tanto las conexiones como las contradicciones que hay en ella, consigo llegar a un “estándar”. Sólo entonces se convierte en realidad.

En ello radica la esencia de mi «juego»: realizo todos los esfuerzos posibles hasta que, finalmente, se produce. Y así, ascendiendo cada vez más alto y penetrando más y más, consigo entender y sentir cada vez más.

(22631 – De la primera parte de la lección diaria de Cabalá del 5 de octubre 2010, Qué buscar en la Asamblea de los Amigos.)

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