Purificando la intención

En nuestro trabajo, cada paso es medido por nuestra intención. Cada nueva acción requiere una nueva intención más aguda. Las acciones por sí mismas pueden tomar varias formas, pero la clave es saber cuál es el resultado que deseo recibir a consecuencia de mis esfuerzos.

Aquí es cuando tenemos que medirnos: ¿Cuánto me importa la recompensa y que clase de recompensa es esa? No hablamos de recompensas físicas, sino de valores más elevados de naturaleza espiritual aunque tengan diferentes vectores: con la intención de recibir o la de otorgar.

Si una persona exige una recompensa por su trabajo en su Kli, entonces su intención esta dirigida a recibir. Desea sentir, entender, lograr, ascender y así sucesivamente. En otras palabras, no importa cuál sea exactamente mi deseo. Si la meta se relaciona conmigo y esta ocurriendo la evaluación en mis deseos, entonces, mis cálculos, a pesar de ser espirituales, siguen siendo egoístas.

Aunque deseo lograr hermandad amorosa, amor de los demás, y amor por el Creador, todavía necesito ahondar más profundamente y examinar cómo defino estos términos: ¿Cuál es su contenido, impureza o santidad? Así, esencialmente, una persona examina los resultados de su trabajo: bien sea en su propio Kli o en el Creador.

Uno puede pensar: “¿En realidad puedo colocar un dispositivo de lectura en el Creador y verificar si le he satisfecho? Y ¿qué hay después de eso? Si el resultado es positivo, ¿me sentiría bien con calidez en mi alma? ¿O es que mi intención va dirigida solamente a Él, sin ningún contacto conmigo mismo?

Todas estas verificaciones se pueden lograr sólo si estamos haciendo un trabajo genuino, lo que significa revelar al Creador en el grupo. El amor a los amigos sirve como cierto tipo de purificador para intenciones y deseos, con la ayuda de lo cual me purifico de los cálculos egoístas y no me equivoco en mi evaluación de quién soy, qué es el grupo, y hasta qué punto le soy leal al grupo y no a mi mismo.

En consecuencia, me doy cuenta de que soy incapaz de tan siquiera tener el más mínimo acto de otorgamiento. Esta más allá de mi capacidad. Entonces me vuelvo hacia el grupo porque los amigos me dieron la sensación de Arvut (garantía mutua) y ellos me pueden proveer con la fuerza para otorgar.

La grandeza de los amigos y del grupo me provee de combustible, que continúa hasta cierto nivel, hasta que construyo mi Kli. Habiendo completado su corrección, deseo utilizarlo, y es allí cuando descubro en el grupo al Creador, a quien inicialmente aspiré. Sólo ahora, voy hacia Él junto a los amigos, desde nuestro deseo común, para preguntarle por la fuerza de la fe. De esta manera logramos adherimos con Él.

(23192 – Tomado de la primera parte de las Lecciones Diarias de Cabalá del 11 de octubre 2010, Quién atestigua sobre la persona.).

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