¿Forzado por la vara o por elección?

Se nos dice que el Creador creó la inclinación al mal, pero en realidad el punto es que yo tengo que descubrir mi inclinación por mí mismo, descubrir que mi deseo inicial es malvado y opuesto al Creador.

No es tan fácil. Incluso si el Creador da y yo recibo, ¿Qué está tan mal en ello? El punto no es el deseo; este permanece igual, ni bueno ni malo. Yo determino el mal por mí mismo, al alcanzarlo.

La persona llega a la entrega de la Torá cuando necesita corrección, cuando descubre dentro de su deseo una intención malvada: para sí misma y en contra de otros, lo cual significa contra otras personas y contra el Creador. A esto se le llama malvado y requiere de una preparación seria con el fin de sentir tal vergüenza en la que sientes «preferiría morir que vivir».

Nosotros imaginamos la entrega de la Torá como una necesidad, tan convincente como la montaña de odio que se cierne sobre nosotros y que no nos deja opción. Pero la persona tiene que sentir una necesidad puesto que no hay coerción en la espiritualidad ¿Entonces cómo puede resolverse este problema? Por una parte, el Creador me «empuja hacia la pared», y por otra parte, yo necesito sentir una deficiencia.

En realidad, lo que el Creador dicta es sólo una condición, y si yo la cumplo, recibo la Torá, es decir el método de corrección, pero tengo que estabilizar esta condición por mi cuenta y estar de acuerdo con ella: «Si no la acepto, entonces preferiría morir que vivir». Esta es la preparación que se requiere de la persona.

(91644 – De la 4° parte de la lección diaria de Cabalá del 28 de Septiembre el 2012, «Matan Torá» (La entrega de la Torá)

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