Garantía mutua, ahora y para siempre

La vida que vemos fuera de la ventana es un reflejo de nuestra conexión interna. Las manifestaciones violentas en ciudades de Estados Unidos que protestan contra el racismo y la nueva ola de coronavirus en el mundo, se deben a nuestra inacción y a nuestra falta de voluntad para corregir nuestra actitud mutua.

El coronavirus irrumpió en nuestra vida y declaró: “Todos deben estar en conexión integral. Están parados juntos frente al Monte Sinaí. Si no se unen y no le piden al poder superior que los corrija, este será el lugar de su entierro «.

El coronavirus fue diseñado para mostrarnos que dependemos unos de otros. Esta dependencia se llama «garantía mutua», significa que nadie debería pensar en cómo protegerse del coronavirus, sino en cómo, con nuestra actitud amable y correcta hacia los demás, protegerlos de enfermedades.

¿Y qué sucede ahora? Como egoísta genuino, digo que estoy cansado de estar en cuarentena, quiero salir y divertirme, ir al restaurante, a la cafetería, al parque, a la orilla del mar. ¡Quiero hacerlo! Y no pienso en los demás; no hay absolutamente ninguna garantía mutua entre nosotros. Nadie cuida a nadie, en absoluto; Hago lo mejor para mí.

Si estuviera seguro de que todos están sanos y que yo soy el único enfermo, andaría sin ningún cuidado por ahí con mi infección. Sabría que ya nadie me puede infectar y dejaría que otros se infecten; ¿qué me importa? Eso es exactamente lo que sucede en la sociedad humana, en EUA, en Israel, en Europa y en todas partes. Todos piensan sólo en sí mismos; no hay sentido de responsabilidad mutua.

Tomaremos el camino correcto sólo cuando nos quedemos en casa sin asomarnos, por miedo a infectar a otros, sin pensar en nosotros mismos. El coronavirus nos llevará a ese cambio, no desaparecerá hasta que suceda. El virus nos hará pensar en no dañar a nuestro vecino. Temo dañar a otros y, prefiero quedarme en casa.

El coronavirus debe darnos la percepción de que vivimos en un mundo integral, donde podemos estar sanos sólo bajo la condición de garantía mutua. Esto no es todo, pero es lo principal y necesario para empezar la corrección.

Después ya no necesitaré ninguna restricción ni fronteras cerradas entre países ni distancia obligatoria de dos metros ni cubrebocas; nadie estará obligado a hacer nada. Pues, todos nos cuidaremos y haremos todo para que otros se mantengan saludables.

Necesitamos profundizar en la esencia de este virus que nos revela, no la enfermedad biológica, sino nuestra condición espiritual: nuestras malas relaciones y la falta de garantía mutua. Para mantener esa garantía y cuidado mutuo, necesitamos la Luz superior.

Por eso, desde arriba, llegó el coronavirus y nos despierta para que pidamos la Luz superior que nos corrija y nos haga sentir responsabilidad por los demás, pues no la tenemos. Así, me preocuparé por los demás, por no dañarlos, sino por serles útil.

La garantía mutua es el más difícil de todos los esfuerzos, es nuestra corrección principal. Tengo que pensar en los demás, involucrarme en su vida, cuidarlos, sentir sus deseos y ayudarlos a acercarse al Creador, a fusionarse con la fuerza superior.

Estos son conceptos muy elevados en relación con la corrección del alma rota de Adam HaRishón. Pero, día a día, nos acercamos en comprensión y en sentimiento.

La salud de todos depende de nuestra unidad y garantía mutua. Todos somos garantes de la salud del vecino y de asegurarnos que todos estén saludables. Así, eliminaremos el coronavirus porque, al ayudarnos, nos uniremos, tendremos garantía mutua y formaremos la vasija integral común.

Daremos ese paso, cuando a todos nos preocupe más trasmitir el virus que enfermarnos nosotros. Es decir, la dirección del pensamiento debe ser al revés que ahora y el razonamiento también debe ser opuesto.

Garantía mutua es que no pienso en mí, porque todos piensan en mí. Yo tengo que pensar en ellos, en la decena. Y así, todos estaremos en garantía mutua y, gradualmente, la irradiaremos al mundo y el Creador estará entre nosotros y nos corregirá.

La garantía la aceptamos juntos, ahora y para siempre. La garantía, por su naturaleza, no puede existir si hay restricciones, porque su base es el amor. Y el amor no es compatible con ninguna limitación.

Nuestro bienestar depende de nuestra garantía mutua, porque es la ley cardinal del sistema corregido. Para estar saludable, necesitas estar en un cuerpo cuyas partes estén correctamente conectadas. Y la conexión correcta entre todas las partes de la sociedad humana es la garantía mutua, en la que todos piensan en todos y hacen el bien a todos. Necesitamos recolectar todas nuestras partes rotas y conectarlas en un cuerpo sano.

Y cuando surge una conexión amable y garantía entre todos los órganos de este cuerpo perfecto, sentiremos la vida, no la existencia enferma de hoy, donde el cuerpo está roto y fragmentado, sino la vida real donde la Luz superior circule por todo el cuerpo e ilumine cada parte. Es decir, debemos lograr la corrección y así, la vida eterna y perfecta.
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De Kabtv «Fundamentos de Cabalá,” 30/may/20

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