La Cabalá es una ciencia y los cabalistas son científicos que en forma realista revelan el Mundo Superior oculto y la fuerza Única, el Creador. La revelación llega como resultado de la corrección de nuestra propia naturaleza, transformándola en la naturaleza del Mundo Superior.
Ha habido cabalistas que revelaron la ocultación (Tzimtzum Alef – T”A y Tzimtzum Bet– T”B), de los mundos Atzilut, Briá, Yetzirá, Assiyá e incluso del mundo de Adam Kadmón y del Mundo del Infinito, junto con el gobierno de una de las tres líneas, etc. Cada cabalista ha hecho una revelación en la medida de su corrección.
Pero mientras las almas son finas (poco egoístas), los cabalistas no pueden revelar gran cosa, puesto que no existe un instrumento potente: la Luz Reflejada (Or Jozér- O”J) es débil y no alcanza los niveles superiores. Por lo tanto, los cabalistas en el pasado revelaban la creación en general sin detalles particulares.
Con el paso del tiempo, estas mismas almas pasaron muchas reencarnaciones y acumularon egoísmo adicional y deseos (Aviut). De esta forma, pudieron trabajar con un material más corrupto por lo cual realizaron una investigación más profunda de la materia de la creación, el trabajo del Creador (Avodat HaShem).
Esta investigación es similar a la que se lleva a cabo en cualquier otra ciencia. Sin embargo, las ciencias externas proveen un conocimiento externo sobre nuestro mundo. No nos transforman.
La Cabalá por otra parte, nos da una inteligencia superior y sensaciones, corrigiendo a la persona misma. Por eso descubrimos nuestro camino en un nuevo mundo. Es porque nosotros cambiamos y el mundo cambia también
(Extracto de la lección sobre la Carta 35 de Baal HaSulam, correspondiente al 1 de noviembre 2009).
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