La generación lo determina todo

El tiempo cuando la sabiduría de la Cabalá entra en circulación no depende de un cabalista. Él cabalista recibe una señal desde Arriba como una revelación: el rechazo del mundo en cierto grado y la aspiración para realizar su misión.

Estas señales son absolutamente claras, y él las entiende puesto que el vive en alcance espiritual. Debido al hecho de que él está conectado con la fuerza superior en el sistema espiritual, él ve como están organizadas estas condiciones para él.

Tampoco él escoge al método. No existen otros métodos; sólo existe uno. Sin embargo, en cada generación, una nueva necesidad emerge, y por tanto un cabalista tiene la capacidad de explicarlo más de lo que fue requerido previamente.

Los cabalistas de las generaciones pasadas conocían todo el método. ¿Piensas realmente que Moisés o Ráshbi no eran familiares con el método? Sin embargo, ellos no pudieron expresarlo abiertamente, y es por esta razón que ellos lo escribieron en un lenguaje codificado.

En nuestra generación, como Baál HaSulám nos informa, un cabalista no sólo tiene la oportunidad, sino la obligación de revelarlo. La generación que ha llegado demanda una evolución espiritual, Por consiguiente, los cabalistas la revelan.

El tipo y el grado de revelación están determinados por la generación más que por el cabalista, porque la necesidad de la generación es lo que importa. Por ejemplo, si no existiese ningún estudiante delante mío durante la lección y si yo no absorbo sus deseos, yo no tendría nada que decir.  A pesar que  yo tengo alcance, no sería revelado o renovado.

Por lo tanto, uno a uno con la cámara, yo puedo expresar algunas cosas mundanas, pero yo no puedo revelar nada nuevo como lo hacemos durante las lecciones diarias. Esto sucede porque un nuevo deseo se despierta en el mundo cada día, y a través de mis estudiantes, que están esparcidos alrededor del mundo, yo siento la necesidad común.

Esto incluye  todas las preguntas y deseos como la falta de perfección, la aspiración a revelar las pantallas, la propiedad de otorgamiento, y la interconexión. Las sensaciones de miles de mis estudiantes, que están presentes en la lección, se concentran en mi interior, y yo las recolecto como una madre que siente la necesidad de alimentar a sus hijos. Entonces, mientras nuestros estudios continúan, yo veo algo nuevo en los textos y en mi percepción que no existía antes.

Así es todos los días, incluso sin que nadie se dé cuenta. Hay una razón para lo que los sabios decían, “de mis estudiantes yo aprendo la mayor parte”. ¿Por qué? Esto es así porque yo recibo deseos de mis estudiantes, que me permite indagar más profundo en la materia de la creación.

(32766 – De la Cabalá para principiantes: “Quién es un cabalista» del 13 de Diciembre del 2010)

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