La Luz que surgirá de la chispa

Preparación para la convención

La meta de la creación, deleitar a las criaturas, consiste en llevar a la creación, que existe en la cualidad que es opuesta al Creador, a la equivalencia o identidad con Él porque este es el mejor estado, el estado perfecto. Por lo tanto, la ley de equivalencia de forma está en la base de todo el proceso. Por una parte, por nuestra naturaleza somos el deseo de recibir, el deseo de disfrutar, y sólo analizamos lo que tenemos dentro de nosotros, ¿Estoy lo suficientemente satisfecho, deseo algo más, puedo disfrutar algo más y recibirlo dentro de mí? En esencia, esta es toda mi naturaleza: en cada momento reviso de qué otra manera puedo mejorar mi estado. Así es como fui creado. No puedo liberarme de esto y no puedo salir de ello ya que de otra manera no sería yo la creación.

Por otra parte, tenemos que alcanzar el estado que es igual al Creador. Y el estado que es similar a Él es opuesto a nosotros, es decir cuando constantemente reviso cómo puedo beneficiar a mi prójimo, de qué puedo prescindir para beneficiarlo. El prójimo es todo lo que está fuera de mí. En esencia, sólo el Creador está fuera de mí ¿cómo puedo llegar al punto en el que siempre piense sólo en Él? Soy incapaz de eso. Inicialmente mi naturaleza es tal que no siento esto en absoluto. Cada uno de nosotros entiende que somos incapaces de pensar en el bien de alguien más. Para realizar esta revolución dentro de nosotros, es decir para hacernos similares al Creador, Él preparó dos medios.

Antes que nada, el Creador colocó los rudimentos de la cualidad de otorgamiento dentro de nosotros, el «punto en el corazón«, la chispa espiritual que está dentro de nosotros aun cuando no la sentimos. Sentimos un deseo inconsciente, pero no sentimos un deseo real de otorgar al prójimo, a los amigos, al Creador, de llegar a ser similares a Él. Pero esta chispa de hecho existe.

En realidad, existe en todas las personas del mundo. Pero hay algunos en los que ya está despertando, y hay otros en los que aún no ha despertado. Las personas en las que despierta esta chispa son llamadas «Isra-El», «Directo al Creador», de acuerdo a esta chispa que los dirige hacia la espiritualidad.

Pero está chispa, que está dentro de nuestro deseo de disfrutar, aún no es suficiente. Fuera de nosotros está la fuerza superior, que nos creó dentro del deseo de disfrutar con una chispa espiritual dentro de este. Esta fuerza superior está en el estado de expectativa: está esperando que nosotros demandemos que nos influya. Esta fuerza no es una pequeña chispa, sino una enorme Luz, como billones de chispas.

Pero dado que estamos en un estado dual, como un dipolo, en una combinación del deseo de disfrutar y una chispa de otorgamiento dentro de nosotros, tenemos que prepararnos para atraer la Luz hacia nosotros, para obligarla a influir en la chispa, para incrementarla para que la diminuta chispa se encienda en una enorme Luz. Este es nuestro trabajo.

Con el fin de impulsar la Luz para que influya en esta chispa, tenemos que volvernos similares a la Luz de acuerdo a la misma ley de equivalencia de forma y atraerla hacia nosotros ¿cómo la atraigo? Según el grado de nuestra equivalencia de forma ¿cómo puedo volverme similar a ella? Es por eso que a mi lado existen muchos otros como yo, el grupo. Si por una parte, trato de unir nuestras chispas con ellos, y por la otra, cancelamos nuestros deseos lo más posible, entonces resulta que mediante eso nos volvemos más y más similares. Reducimos nuestros deseos egoístas, mientras deseamos unir y elevar esas chispas. Entonces, de acuerdo a la ley de equivalencia de forma, la Luz superior se acerca a nosotros e ilumina más. Y cuando ilumina más, eleva las chispas, uniéndolas en una gran chispa. Así es como comenzamos a acercarnos a la Luz, hasta que comenzamos a revelarla ¿Qué significa revelarla? Es cuando influye en nuestras chispas y comenzamos a sentirla. Nuestras chispas se unen entre sí y dentro de ellas comenzamos a sentir la Luz, el otorgamiento común, mutuo, la cualidad de la Luz, el Creador.

Entonces comenzamos a sentir como aparte de nuestro deseo  de recibir y de nuestra diminuta chispa dentro de él, por encima de ello existe una cualidad de otorgamiento común, que lo abarca todo, el Creador. Y en esta sensación, comenzamos a sentir la segunda fuerza que existe en la creación. En realidad, esta es la fuerza principal que nos creó.

Cada uno de nosotros y todos juntos nos incluimos en esta fuerza, que se nos revela. Y en ella, ya existimos, o esta existe dentro de nosotros, lo cual es lo mismo. Entonces lo sentimos, y significa que sentimos el mundo superior, el mundo espiritual, nuestra vida en la dimensión espiritual. Y nuestro cuerpo existe a un lado. Ni siquiera está conectado al mismo deseo, como un animal que existe a su lado. Así es como existimos.

Por lo tanto, en todas nuestras acciones, es importante entender que «la Shejiná mora sólo en un lugar perfecto». Es decir, tenemos que unirnos, llegar ser similares a la Luz mediante nuestra naturaleza, y en ese grado la Luz nos influye, se acerca a nosotros, y se revela dentro de nosotros.

Es por eso que nos reunimos tanto como sea posible, en cantidad como cualidad, y nos preparamos. Todo se trata de unir las chispas y dentro de ellas sentir que en realidad tenemos un lugar para la Shejiná, para la revelación de la Luz dentro de nosotros. La primera revelación significa que pasamos el Majsom y ya existimos en la revelación de la Luz. Esperemos que podamos hacer realidad esto y que lo alcancemos realmente.

(62504 – De la lección del 11/11/11 sobre el «Gozo»)

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