Unidad que da vida

Preparación para la convención

Lo único que nos ayudará es la unidad. Ustedes dependen de otros y lo saben. Saben que la mente y la sensación no los llevarán a ningún lado. Ellos continuarán cambiando, inclinándose en una dirección u otra, pero sin resultado. Tú eres como un cadáver en una sociedad de amigos.

Esta sociedad sepulta tu egoísmo en la tierra y eleva tu alma hacia arriba. Entonces deja que lo haga. Créenos, realmente estás muerto. Entonces danos la oportunidad de atenderte, de traerte de nuevo a la vida.

He aquí lo que Jaim Vital escribe en el libro, Las puertas de la reencarnación: Mi maestro (El Arí) me advirtió a mí y a todos los amigos que estaban con nosotros en el grupo, que debemos asumir el mandamiento de amor por el prójimo como a uno mismo, y aspirar a amar a cada persona de Israel como a uno mismo. En virtud de esto, la plegaria de uno es aceptada, la cual es reunida de todo Israel y es capaz de realizar una corrección arriba. En nuestro amor de amigos, cada persona puede incluirse en los amigos como un órgano en un cuerpo. Nuestro maestro nos advirtió mucho sobre esto.

Si la persona entendiera que no tiene otro camino que seguir, que sólo tiene que entregarse a la sociedad, se uniría con los amigos y se beneficiaría de ello. No hay cabalista que no haya escrito o transmitido esto a sus estudiantes. Esta es la base de nuestro Kli.

Estamos comenzando la preparación práctica para la convención. Esta es una convención inusual. Todos ven cuán especial es, cuánto trabajo de preparación interno y externo ya hemos hecho. Así que tratemos de pasar los últimos días y horas antes de la apertura de la convención en conexión, en unidad, en entendimiento de que es imposible sin ello.

Les aconsejo imprimir todos los extractos que usamos en la convención del desierto de la Aravá. Que los amigos los lean y los traduzcan uno para el otro, que lo discutan en su tiempo libre de manera que no tengamos un minuto sin unidad. Esas palabras de los cabalistas son maravillosos mensajes de unidad y tienen un gran poder. Así que dejemos que sean una base, un cimiento de todo lo que estamos haciendo.

Los convoco a entender que nadie aquí está exento de la garantía mutua. Cada persona es responsable por todos. Así lo quiera o no, él fue traído al grupo, fue designado como un mensajero y una persona responsable. Incluso si está afuera, físicamente en el mundo externo, en lugar de estar aquí, no importa, es responsable por todos.

Por lo tanto, aferrémonos constantemente a la unidad, en la cual alcanzamos al Creador. No dejemos esta meta ni un momento. Esperemos en cada instante que venga la Luz superior para iluminar nuestros pequeños, defectuosos deseos y unirnos. Entonces esta entrará y llenará esta unidad que creó, y alcanzaremos la revelación del Creador a la creación. Estoy seguro de que a esto nos dirigimos exactamente.

Y una vez que yo adquiera esta vestimenta antes mencionada, chispas de amor inmediatamente comienzan a brillar dentro de mí. El corazón comienza a anhelar unirse con mis amigos, y me parece que mis ojos ven a mis amigos, mis oídos escuchan sus voces, mi boca les habla, las manos se entrelazan, los pies bailan en círculo, en amor y alegría junto con ellos, y yo trasciendo mis límites corporales. Olvido la enorme distancia entre mis amigos y yo, y la tierra de por medio extendida por muchos kilómetros no se interpondrá entre nosotros.

Es como si mis amigos estuvieran justo dentro de mi corazón y ven todo lo que sucede ahí, y me avergüenzo de mis mezquinos actos contra mis amigos. Entonces, simplemente salgo de mis vasijas corporales y me parece que no hay realidad en el mundo excepto mis amigos y yo. Tras eso, incluso el «yo» es cancelado y se sumerge, mezclado en mis amigos, hasta que me pongo de pie y declaro que no hay realidad en el mundo, sólo los amigos. (Rabash, Carta #8)

(62519 – De la lección del 12/2/11, Shamati)

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