La vida en la red del universo

Durante la lectura del Zohar, no debes olvidar que este habla únicamente sobre las relaciones entre nosotros. Los malvados y los justos, la víspera un sábado y los días de semana, noche y día, el inanimado, vegetativo, y la naturaleza animada, el hombre, un Templo, un campo y un árbol, todas estas palabras describen sólo los tipos de relación entre las almas, su conexión en los niveles inanimado, vegetativo, animado, y hablante.

Ellos hablan de otra cosa además de esto porque no existe nada más. Dentro de esta conexión, en los tipos de esta, experimentamos el mundo. Las combinaciones de fuerzas atan las almas juntas atrayendo para nosotros las imágenes de nuestro mundo a una pantalla. Así, percibimos la realidad.

Los libros cabalísticos describen sólo las conexiones entre nosotros puesto que no hay otra cosa sobre la cual escribir. No hay nada más, y los mundos son descripciones de los niveles de conexión entre las almas.

Hay un deseo de sentir placer sin forma, y lo que es descrito son los estados de su transformación para conectarse con otros. Al unificarse con los demás, haciendo esfuerzos, y atrayendo la Luz que Reforma, al hacer discernimientos, y llenarse, el ser creado revela la red de conexiones entre todas las partes de un alma integral, Máljut del Infinito. Eso es sobre lo que estamos leyendo.

Los cabalistas no perciben nada más. El ser creado experimenta la realidad separada de la conexión con los demás y la llama «este mundo», o siente vínculos con otros en las fuerzas del otorgamiento que le dan vida, y en ese caso, el mundo superior se revela a él.

El mundo superior es la relación con los demás y todo lo que encuentro en ellos. ¿Qué me encuentro? Es el atributo de otorgamiento. Esto se considera como «otorgar con el fin de otorgar». Las relaciones de este tipo se describen como «no hagas a otros lo que odias». Posteriormente, estas relaciones se hacen más fuertes, y sentimos el amor en ellas, lo cual se considera como «Ama a tu prójimo como a ti mismo«.

Las relaciones de otorgamiento llevadas a cabo por el principio de «No hagas a otros lo que odias» se consideran como el Segundo Templo, el nivel de Bína, Mójin de Neshamá. Las relaciones de «Ama a tu prójimo como a ti mismo» son el Primer Templo, el nivel de Mójin de Jaiá.

Todo habla exclusivamente de las relaciones entre las personas. Todas las palabras que podemos utilizar, toda la realidad que podemos revelar, todo sigue siendo solamente la conexión entre las personas.

La falta de conexión en la que estamos viviendo actualmente aparece como este mundo para nosotros. Mi visión, mi percepción de la red egoísta entre todos, en su grado mínimo, se considera «este mundo». En consecuencia, yo revelo la verdadera, poderosa y egoísta conexión entre nosotros, todo, como la línea de izquierda, una Klipá (cáscara, una fuerza impura).

Sin embargo, no tenemos otra percepción, entendimiento, otra realidad y existencia, excepto en la conexión entre nosotros, no importa si es buena o mala. El Libro del Zohar habla únicamente sobre los tipos de esta conexión.

¿Sobre qué más pueden escribir los cabalistas? No hay nada más en la realidad. Todo lo que me parece como reinos inanimado, vegetativo, animado y humano, diversos objetos, actos, pensamientos, decisiones, construcciones, muebles y vehículos, todo lo que podemos imaginar es la relación humana en su forma correcta o incorrecta.

(36483 – De la 2º parte de la lección diaria de Cabalá del 27/02/2011, «Introducción del Libro del Zohar»)

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