Las corporaciones pasan a la ofensiva

Dr. Michael Laitman¿Truco transatlántico?

Hubo manifestaciones masivas en Europa contra el tratado inminente respecto a una zona de libre de comercio transatlántico entre la Unión Europea, Estados Unidos y Canadá.

Sólo en Alemania, se manifestaron 250 mil personas, lo que subraya la importancia crucial del problema.

En resumen, el tratado propone menos regulaciones para el comercio entre los participantes en ambos lados del océano Atlántico. Dentro de su marco, menos restricciones obstaculizarán a las corporaciones y empresas que exportan e importan diversos productos. A primera vista, todo se ve bien: la intensidad de la colaboración crece y la cooperación entre los socios se fortalece…

Sin embargo, la gente está preocupada de que en la práctica, el acuerdo, con el objetivo de servir a los intereses de las grandes empresas, otorgará un poder excesivo a las corporaciones y alterará las leyes y normas existentes.

Hoy en día, las leyes, en principio, protegen los intereses de los consumidores, por ejemplo, que la carne que consumen no contenga un exceso de hormonas o medicamentos no aprobados, para que la población no esté expuesta al peligro de contaminación e infección

Con el tratado, esta barrera podría ser socavada al disminuir la supervisión del Estado y permitir a las empresas a hacer cualquier cosa que beneficie a sus intereses.

Será más difícil para los gobiernos pedir cuentas y restringir, legalmente el mercado, en detrimento de los beneficios empresariales. Como resultado, los grandes empresarios y las empresas crecerán más fuertes que sus gobiernos y, finalmente, dictarán su voluntad a la administración de sus países.

Más allá de la ley

No es sólo otro temor; es un proceso continuo. Hace muchos años, fui invitado a dar una conferencia en Suiza. Había dos edificios en una calle: un banco y unas oficinas de gobierno. La persona que me acompañaba bromeó diciendo que las decisiones importantes no se hacen en el Parlamento, sino en las salas de los financieros: cada ministro se detiene en el banco que está en su camino al trabajo y recibe instrucciones.

¡De hecho, no fue broma en absoluto! Durante los últimos 10-15 años, una nueva situación surgió: la gente que tiene mucho dinero prevalece sobre sus gobiernos. Los negocios ya son globales y esto da a las empresas comerciales oportunidades  y poder sin precedentes.

Pueden mover sus operaciones y capitales de un lugar a otro e intercambiar recursos ‘más allá de las fronteras oficiales’. Para ellos no hay fronteras. Un ejército de gente bien entrenada está siempre a su servicio; tienen suficiente dinero para comprar cualquier cosa, incluyendo instituciones gubernamentales. Es de conocimiento común, mientras más dinero tienes, menos leyes observas.

Como resultado, los gobiernos dependen de las grandes empresas.

La única excepción son los regímenes totalitarios. Su grado de libertad también es limitado, pero retienen el poder de decisión y no tienen que consultar ni coordinar sus resoluciones con los ricos. Pero cualquier dictador puede ser anulado por un ‘Rothschild’, por una élite financiera que aspire a dominar el mundo.

Los beneficios de las grandes empresas

Como resultado, hay un sistema que se basa en hombres de negocios de alto nivel. Son sólo unas pocas docenas de personas, -aunque, de hecho, no estamos hablando de gente, sino de dinero y corporaciones-. Y, por supuesto, ‘dirigen el espectáculo’

Por ello nuestro mundo se está volviendo cada vez más global e integral. Todas sus piezas están interconectados. Todos dependen de todos. ¡Y esto es bueno! Gracias a los millonarios modernos, descubrimos que el mundo es redondo e indivisible.

Un punto positivo es que esto promueve la consciencia del mal, que es esencial para iniciar el tratamiento. Revelamos una enfermedad: ¡nuestra conexión en este mundo vinculado y mutuamente dependientes está mal! Nuestra unidad es negativa. Es como si viviéramos en un apartamento, un país, un espacio común, no limitado por fronteras artificiales y, al mismo tiempo, siguiéramos odiándonos.

¿Realmente me importa la fluctuación del yuan o del euro o del dólar? ¿dependo de ellos? Y sin embargo, sí dependo de ellos al cien por cien. Corporaciones, «proyecto», sus juegos globales están en mi cartera personal.

Así que los grandes negocio ‘me abren los ojos’: nos unen y afecta más que los gobiernos, demostrando que el mundo está unido.

Al mismo tiempo, las grandes empresas se mantiene a la sombra: magnates y grandes corporaciones influyen en la política, pero no veo cómo los gobiernos hacen su oferta y basan su explicación de los acontecimientos actuales a presentadores de noticias de televisión.

Ciudadanos del mundo

En general, esto crea una situación de garantía mutua, pero con signo negativo. Todos parecemos depender de un banco, una fuente de sustento, una mente, un deseo, que es un gran negocio.

En teoría, si la gente con más influencia en el mundo se reúne en una sala, podría determinar todo lo que sucede en el mundo. Sus decisiones se harían realidad si no fuera por la Fuerza Superior.

Por lo tanto, su poder no deja mucha opción. No puedo, como antes, ignorar los acontecimientos lejanos ni negar lo que sucede en otros países. Ahora, todo lo que sucede en el mundo es importante para mí, porque hoy todo afecta a todo.

Sentimos que el mundo está conectado y es inseparable, somos ‘ciudadanos del mundo’: Yo dependo de todos y todos dependen de mí.

Digamos que vivo en Europa. ¿Por qué me preocupo por el gobierno local si no hay fronteras y puedo ir a donde yo quiera? Las diferencias se disipan, las leyes se unifican…

La última vez que conduje en carreteras europeas, no vi mucha diferencia. Justo cuando entré en Suiza, tuve que pagar una cuota. ¡Fue la única frontera!

La gente  reconoce que el mundo está unificado; nuestra interdependencia. Sin embargo, hasta ahora la unidad no nos ayuda; más bien, nos lastima.

Garantía mutua con signo negativo

Pregunta: ¿Qué significa la garantía mutua negativa?

Respuesta: Vivimos en sociedad; A todos nos importa el bien común; apoyo a la comunidad y no me preocupo por el hecho de que otros hagan lo mismo. Todos sirven a todos: algunas personas se encargan de seguridad, otras de comercio, de fabricación, de medicina, de educación, etc.

Este es el ideal. En realidad, es muy diferente. Vivimos en un gran mundo donde nadie se preocupa por nadie. Por el contrario, descuidamos a nuestros vecinos o nos aprovechamos de ellos. Como resultado, algo confuso e incomprensible está llenando el vacío de irresponsabilidad y anarquía.

Regla ‘Nuestra gente’

Pero el propósito del poder que adquieren las grandes corporaciones es tener un sistema adecuado de servicios para ellos mismos. Esta diminuta punta de la pirámide del mundo, se provee de todo lo que necesita. Tienen su propias escuelas, universidades, medicina y todo.

Cuando la reina de Jordania necesita tratamiento médico, sabe a dónde ir. Va sin tener en cuenta las relaciones políticas ni diplomáticas de su país. En este nivel, todos están ‘juntos’.

Por lo tanto, las empresas crean una especie de ‘gobierno internacional’ que tiene un poder real. Después de todo, la fuerza principal en nuestro mundo, es el dinero.
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De Kabtv «Una nueva vida» 8/oct/15

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