Llevando a cabo las órdenes que no dependen del tiempo

Dr. Michael LaitmanHace un tiempo, nosotros empezamos a trabajar en grupos de diez y hasta ahora no ha habido muchas preguntas del por qué ha sido elegido ese trabajo en grupo. Es bastante claro que las diez Sefirot son la base de la realidad espiritual y del mundo corporal. Aun así yo quiero explicarles con más detalle para que entendamos mejor nuestro estado actual.

La Torá es el orden eterno. Es imposible cambiarla de acuerdo al tiempo y al lugar. Las leyes espirituales son fijas y absolutas, y nuestra actitud hacia la Luz que Reforma debe ser de acuerdo al sistema general. Este sistema no cambia, puesto que nosotros avanzamos en nuestro ego en este mundo mientras nos volvemos más bajos, toscos y egoístas.

Por lo tanto, nuestro estado se vuelve más sensible y nos acerca al «reconocimiento del mal», en el sentido corporal por el momento. Sin embargo, los principios descritos en la Torá no cambian y nunca lo harán. Así que, cualquier persona que sienta que está dirigiéndose directamente hacia el Creador (Yashar El), es decir, cualquier persona que pertenece a Israel, tendrá que atravesar todo el proceso del cual nos habla que la Torá, incluyendo el tiempo del diluvio, Babilonia, el exilio en Egipto, la recepción de la Torá ante el Mt. Sinaí, y el deambular por el desierto del Sinaí, hasta que ella alcance un deseo llamado Yashar El, la «Tierra de Israel».

Nosotros estamos acercándonos a esto. La Torá es independiente del tiempo en cuanto a conceptos de antes o después. Todo lo que se describe en ella se cumple en todos los niveles, ya que, cada nivel, cada estructura espiritual, cada Partzuf pequeño o grande siempre está hecho de diez Sefirot, la HaVaYaH completa. La única diferencia es el nivel, como cada gota de semen en la realidad y cada niño y adulto, dado que lo individual y lo general son iguales.

Por lo tanto, siempre pasamos a través de todos los estados desde el principio hasta el final en cada situación, y la única diferencia es la intensidad de los estados que se revelan en nosotros y lo que sentimos y entendemos en ellos. Toda la realidad y todos los estados son de diez Sefirot. Por lo tanto, si realmente pudiéramos abrir un cierto estado, entraríamos en el nivel de toda la realidad.

Nosotros avanzamos de acuerdo a los niveles, una HaVaYaH tras otra, pero al mismo tiempo, descubrimos constantemente sutilezas adicionales en cada HaVaYaH y aclaramos otra parte de ella. Aparece una nueva formación completa en cada nivel de HaVaYaH, dado que cada vez hay nuevas aclaraciones que dependen del nivel de Aviut (grosor) que se deriva de la raíz espiritual.

Por lo tanto, nosotros atravesamos diferentes estados durante nuestra evolución. Ustedes no pueden esperar que ocurran, por supuesto, así que los cambios que yo realizo pueden parecer artificiales. De repente, yo les digo que debemos dividirnos en grupos de diez en nuestro trabajo espiritual, como si este pensamiento me hubiera llegado por casualidad. Sin embargo, no solo doy órdenes aleatorios. Está claro que estamos avanzando en un orden preciso, y si ustedes no lo identifican, créanme que yo lo veo. Por lo tanto, nuestro avance debe ser en grupos de diez.

(108205 – Desde la 2° parte de la lección diaria de Cabalá del 23 de Mayo del 2013, Charla acerca de las decenas)
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