Los rostros del amado

De acuerdo con nuestra naturaleza, y con el carácter de nuestras acciones, nosotros somos receptores. Sin embargo, mientras más recibes por el bien de otorgar, más elevado eres como otorgante. La acción en sí misma no cambia, solamente tu intención. Eso es lo que te convierte en otorgante en lugar de receptor.

¿El Creador siente esto? Es posible decir que nada cambia para el Otorgante, sino solamente para el ser humano. No hay nada que agregar a la perfección.  Todas Sus respuestas e impresiones están siendo manifestadas en ti, en la imagen del Creador que tú has formado.

Gracias a esto, tú puedes llegar a tener equivalencia de forma con Él. A ti te parece que en Él ocurren cambios, que le das a Él más o menos placer. Tú sufres o disfrutas por causa de Él, según cuanto sufre Él o disfruta por tu causa, y así sucesivamente.

Todas estas relaciones que se despliegan en la criatura son solamente para elevarla al grado del Creador, lo que significa que complementan a la criatura con la perfección que proviene de la propiedad de otorgamiento. Resulta que el Creador juega con la criatura solo para educarla.

De la misma manera, enseñamos a los niños varias caras: Nos reímos con ellos, nos ponemos serios, expresamos nuestra ira. Todo es por el bien de su educación, para mostrar a los niños tantos matices como sean posibles y enseñarles con eso, como trabajar correctamente con ellos mismos y con el entorno. Y de hecho, solo el amor nos motiva.

En su “Prefacio al Libro del Zóhar” articulo 33, Baal HaSulam escribe sobre esto: “La verdad es que existe un Bondadoso aquí en todas estas similitudes, las cuales operan solamente en las almas de los receptores, y que aparecerá en las almas como Él Mismo participando en ellas, incrementando en gran medida el alcance de ellas.

Es como el padre que se limita a mostrar a su pequeño y querido hijo una cara de tristeza y una cara de satisfacción, aunque no haya ni tristeza ni satisfacción en él. El solo lo hace para impresionar a su adorado hijo y expandir su comprensión con el fin de jugar con él”.

(46515 – De la 5º parte de la lección diaria de Cabalá del 6/26/2011, «Matan Torá (La entrega de la Torá)»)

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