Luchando por un desempeño inferior

Opinión (Tim Jackson, profesor de desarrollo sustentable en la Universidad de Surrey): «La productividad, la cantidad de producción por hora de trabajo en la economía, es a menudo vista como la maquinaria de progreso en las economías capitalistas modernas. La producción lo es todo. El tiempo es dinero. La búsqueda de una mayor productividad, ocupa una gran cantidad de literatura académica y acosa las horas de vigilia de los directores ejecutivos y ministros de finanzas. Tal vez con razón: nuestra habilidad para generar más producción con menos personas ha elevado nuestras vidas lejos del trabajo arduo y penoso y nos ha entregado una abundancia de riquezas materiales».

«Pero el implacable impulso hacia la productividad puede también tener algunos límites naturales. Una productividad siempre creciente significa que si nuestras economías no continúan expandiéndose, nos arriesgamos a dejar a las personas sin empleo. Si cada año es posible hacer más con cada hora de trabajo, entonces o la producción se incrementa o habrá menos horas de trabajo. Nos guste o no, nos encontramos enganchados al crecimiento».

«¿Qué debe suceder entonces cuando, por una razón u otra, ya no se tenga crecimiento? Tal vez sea una crisis financiera. O precios altos de los recursos como el petróleo. O la necesidad de frenar el crecimiento por el daño que está haciéndose en el planeta: el cambio climático, la deforestación, la pérdida de biodiversidad. Tal vez sea cualquiera de esas razones por la cuales el crecimiento ya no pueda ser asumido fácilmente y de forma segura por las economías de hoy. El resultado es el mismo. La productividad creciente amenaza el empleo pleno».

«Una solución podría ser aceptar que la productividad se incremente, acortar la semana laboral y distribuir el trabajo disponible. …»

«Pero existe otra estrategia para mantener a las personas con trabajo cuando la demanda se estanca. Tal vez a largo plazo existe una solución más fácil y atrayente: pisar el freno en nuestra implacable persecución de una mayor productividad. Al soltar el pie del acelerador de la eficiencia y crear trabajos que tradicionalmente han sido vistos como sectores de ‘baja productividad’, tenemos a nuestro alcance los medios para mantener o incrementar el empleo, incluso si la economía se estanca».

«En un principio, esto puede sonar como una locura; hemos llegado a estar tan condicionados por el lenguaje de la eficiencia. Pero hay sectores de la economía en los que la persecución del crecimiento de la productividad no tiene ningún sentido. Cierto tipo de tareas se basan esencialmente en dedicar tiempo y atención. Las profesiones de asistencia son un buen ejemplo: medicina, trabajo social, educación. Expandir nuestras economías en todas esas direcciones tiene todo tipo de ventajas. …»

«El cuidado y asistencia de un ser humano a otro es un «artículo» especial. No puede almacenarse. El comercio lo degrada. No se entrega por medio de máquinas. Su cualidad se basa enteramente en la atención prestada de una persona a otra. Incluso el hablar de reducir el tiempo involucrado es malentender su valor. …»

«En pocas palabras, evitar el flagelo del desempleo podría tener menos que ver con perseguir el crecimiento, y más con construir una economía de asistencia, arte y cultura. Y al hacerlo, restaurar el valor del trabajo decente al lugar que se merece en el corazón de la sociedad».

Mi comentario: Es decir, al construir un apoyo mutuo, pasando muchas funciones al estado, al sector de servicios y la industria, a las organizaciones de ayuda mutua, dejando sólo la parte necesaria de producción dentro de las empresas, nos libraremos del concepto de «trabajar para vivir» y «vivir para trabajar» y seremos libres para crear la nueva sociedad integral.

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