Mediadores integrales

Dr. Michael LaitmanConvención de educación integral, Taller 2: El grupo nos proporciona el medio para permitirnos anhelar constantemente la sensación correcta de que toda mi vida, mis pensamientos y sensaciones, todo surge del Creador y que esto está organizado de esa manera para que a través de la conexión, acudamos a Él.

Hablando en general, el mundo está dividido en dos partes:

  • Las personas que han recibido un despertar desde Arriba, del Creador, con el fin de avanzar hacia Él. El Creador trae a esas personas a un grupo, «coloca la mano de la persona en el buen destino y le dice, tómalo». Entonces depende de la persona si lo elige o no, lo cual significa estar incorporado en el grupo, llegar o no a ser parte de la corriente general en contra del ego. Esta es nuestra elección.
  • El resto de la humanidad vive de forma individual, cada persona por su cuenta por el momento, en un movimiento Browniano, al azar. El ego se desarrolla en la humanidad, por supuesto, pero gradualmente, y no en el flujo de un grupo.

Es necesario que las personas que fluyen junto con el grupo lo refuercen y lo construyan conscientemente. Lo principal es entender que en el momento en que ellas se vuelven parte de uno de nuestros grupos del grupo general, ellas ya no tienen nada privado o individual. Todo lo que les sucede es sólo un resultado de estar en un movimiento común con nosotros. Ahora todo lo que reciben es a través del centro del grupo y no importa si ocurre conscientemente o no. Entonces esto se esparce hacia todos y cada uno recibe de acuerdo a los esfuerzos que él tiene que hacer en el flujo común hacia la conexión, hacia el centro.

Es lo mismo cuando se trata de nuestro movimiento hacia el Creador. Todo lo que queremos enfocar en Él, decirle a Él, preguntarle a Él, para convocar Su otorgamiento sobre nosotros, la influencia de la Luz Circundante, etc., también sólo puede llegar a través del centro del grupo. Esto significa que el centro del grupo es muy importante para nosotros, como un punto a partir del cual podemos ascender en nuestra petición al Creador y a través de este, como si fuera un cordón umbilical, lo recibimos y lo damos todo.

Imaginemos nuestro cordón umbilical espiritual a través del cual lo recibimos y lo damos todo. Sólo a través de este cordón estamos conectados con la fuente de la vida. Imaginen que son un embrión en un vientre, y que a través de este cordón, a través del centro del grupo, recibimos nuestra vida, toda la fuerza espiritual, todo lo que existe.

Cuando encontramos la conexión con el cordón umbilical, nosotros comenzamos a tomar consciencia de cómo está construido todo, y de cómo desciende todo en realidad hacia nosotros desde la Providencia superior. Nuestro mundo es simplemente el mundo de las consecuencias, y por lo tanto nunca nada nace en este. Comenzamos a darnos cuenta de cómo podemos afectar a la Providencia superior y evocar el mejor ascenso.

Así llegamos a un desarrollo consciente porque encontramos la conexión con nuestra fuente, y comenzamos a conectarnos entre nosotros, a atraerlo todo de Él y a responder correctamente a esto. A pesar de que «no existe nadie más aparte de Él», el Creador es eventualmente una fuente pasiva simple. Todo lo que sucede es sólo a través de nuestro otorgamiento, de acuerdo a nuestra petición.

¿Entonces cómo podemos otorgarle a la fuente a través de este cordón umbilical? A través del centro del grupo, por supuesto, de otra manera no habría ningún contacto con este. Nosotros lo descubrimos con el fin de ascender por encima de todas nuestras deficiencias, y nos conectamos con el fin de recibir la respuesta de Arriba, de sentir la cooperación entre nosotros y el Creador a través del conducto, a través de la línea. Estudiamos acerca de la línea en la Cabalá y esta va como un conducto desde el mundo de Ein Sof (Infinito) a lo largo de todo el camino hasta nuestro mundo.

Nosotros servimos como un nivel superior para el público y tenemos que usar este conducto para que las personas sean alimentadas por medio de nosotros y sean llevadas gradualmente hacia arriba. Parece que sentimos el punto de contacto con la Luz, con el Creador, con el nivel superior, pero por alguna razón realmente no nos precipitamos a encontrarlo y a usarlo con el fin de comenzar a pasar la energía positiva de arriba hacia abajo hacia nosotros y la energía negativa de abajo hacia arriba.

La crisis que se desarrolla a nuestro alrededor es con el fin de ayudarnos con esto. Eventualmente, si no despertamos a tiempo, ésta también llegará a nosotros no sólo espiritualmente, sino también en el sentido corporal ordinario. Después de todo, la crisis está destinada sólo a despertarnos a una conexión pronta con la inmensa fuerza, con la abundancia, con la Luz superior que lo incluye todo, con el fin de comunicarla a través de nosotros al mundo en el exterior.

Si no lo hacemos a tiempo, el mundo no nos tratará muy bien. Esto se refiere específicamente a nosotros y a la sabiduría de la Cabalá, dado que somos quienes tenemos que llevar a cabo la corrección. Si hiciéramos todo a tiempo, no veríamos una crisis ni sentiríamos nada negativo. Estaríamos tomando pasos preventivos constantes.

Pero estamos retrasados. Por el momento estamos un poco retrasados. Espero que eso sea suficiente, y que más tarde comencemos a entender la responsabilidad que tenemos hacia el mundo y entendamos que la crisis es una falta de la fuerza superior que tiene que ser comunicada al mundo a través de nosotros.

¿Entonces cómo podemos organizarnos lo más rápido posible para entrar en contacto con el Creador, con el mundo externo, y ser conductores de la Luz superior, de la abundancia? Después de todo, esta es la solución a cada aspecto de la crisis. Tenemos que sentir que nosotros somos los conductores que conectan entre el mudo superior y el mundo inferior; esto es lo que tenemos que hacer.

Se nos dice: «el superior aprenderá del inferior». Nosotros tenemos que entender mejor cómo debemos volvernos hacia el Creador, basados en nuestra diseminación integral y en nuestra educación integral en el hecho de volvernos hacia el público. Es justamente cuando nos volvemos padres que finalmente comenzamos a apreciar la manera en que nuestros padres nos trataron. Cuando comenzamos a enlazar las deficiencias que se evocan en el público con la solución global integral, con el ascenso espiritual que el Creador espera que tomemos, es como si incluyéramos los dos extremos:

  • Por una parte, las masas con sus necesidades diarias aparentemente simples.
  • Por otra parte, el valor superior que el Creador coloca ante nosotros, la conexión y el alcance de un sistema que lo incluye todo, en el cual Él se revela como la fuerza receptora.

Así es como nos desarrollamos hasta un todo, gracias al hecho de que estamos entre el martillo y el yunque. Por una parte está el público, las masas, y por otra parte el Creador. Nosotros tenemos que equilibrar las acciones del Creador que nos aguijonean para que nos conectemos y descienden desde arriba y se cumplen en las masas en forma de problemas y simples necesidades  humanas, y nosotros elevamos los problemas y las simples preocupaciones a través de nosotros hacia un mayor nivel de conexión con el Creador, por encima del tiempo y el espacio, por encima de todo lo que ya está en nosotros, hasta el espacio espiritual.

Esta es nuestra unicidad, ya que comenzamos a conectar los dos mundos en nosotros y a vincularlos a nosotros. Esta es la cualidad especial del grupo que puede llevar a cabo este trabajo, conectar, incluir, y enlazar los dos mundos opuestos dentro de él. Al ser una parte integral, incluimos a toda la humanidad y hacemos descender hacia ella al Creador. Así alcanzamos la sensación que está entre los dos sistemas opuestos de la creación. Esta es nuestra unicidad y nuestro llenado definitivo.

La meta definitiva del ser creado se cumple en realidad dentro del grupo, es decir en la conexión de la humanidad, comenzado desde el centro, desde nosotros, y extendiéndonos a círculos más amplios. Ya estamos tirando de aquellos que están detrás de nosotros, invitándolos a que se nos unan, sin tirar de ellos hacia nuestro nivel sino simplemente actuando de acuerdo al nivel de su deseo y entendiendo que la crisis es una aspiración por la conexión.

Nosotros sentimos que la crisis actual es espiritual, mientras que ellos la sienten en el nivel corporal. Pero, en general, la solución es una y es alcanzar la equivalencia de forma con el Creador y saber cómo estar en contacto con Él para que Él y nosotros nos conectemos de acuerdo a la condición de equivalencia de forma. Este es el método.
(127002)
De la Semana mundial del Zóhar «Convención de Educación Integral», día uno del 2/02/14, Taller 2

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