Mostrando al mundo nuestras caras brillantes

Dr. Michael LaitmanPregunta: ¿Cómo puede una persona alejarse del camino espiritual si su punto en el corazón lo atrae a él?

Respuesta: Toda la generación que salió de Egipto tiene que morir y sólo aquellos que nacen en el desierto llegan a la tierra de Israel. O bien todos mueren o todos nacen como nuevas personas cuando llegan al punto de Biná.

Haber nacido como un pueblo nuevo es exponer los puntos en el corazón a la Luz, para que de ella brote la imagen del hombre que se asemeja al Creador. Todos los demás mueren, es decir, los atributos de una persona. Es justo como lo vemos en nuestro mundo, mil entran en una habitación y sólo uno sale como maestro.

Pregunta: Cuando nos involucramos en difusión no esperamos que ese punto sea revelado en la persona, pero, en realidad, comienza a despertar en él. En su opinión, ¿es justificada esta manera, que es un tanto agresiva?

Respuesta: No creo que seamos agresivos porque el motivo principal no es imponer nuestro método a nadie, sino identificarnos con el sufrimiento, deficiencias y sueños incumplidos. Lo sentimos, nos identificamos con él y empezamos a darnos cuenta de que el dolor y las deficiencias que siente, son el resultado de su impotencia y desesperanza.

Él no lo admite, pero comenzamos a aceptar que: «no hay suficiente seguridad en el entorno. Mira lo que me pasa a mí, a mis hijos, a mis nietos. ¿Qué está pasando con el clima?» Se queja de apagones, escasez de agua, elevados pagos de servicios públicos que hace, etc. No se olvida de la política local ni de la política global ni de lo que está en las noticias, a pesar de que no le concierne.

Si tomamos eso en cuenta, tenemos la sensación de inutilidad, decepción, vacío y falta de propósito que, inconscientemente, se expresan como quejas por todo. Parece que si lo acepta, entonces todo saldrá bien, pero si se le da un objetivo y se le dice que nada va a terminar, que todo tiene un propósito y que todo va a estar bien, este objetivo cubrirá todas sus quejas.

Por supuesto, la gente no muere de hambre, pero carece de lo básico. Vemos que es imposible arreglar nada a menos que nos corrijamos y empecemos a conectar y a pensar en los otros. Después de todo, en el mundo hay exceso de todo lo necesario, pero al mismo tiempo, en algunos países la mitad de su población tiene hambre y la única razón es que no estamos conectados.

No debemos calmarnos y decir que todo va a ser arreglado de alguna manera. ¡No puede ser! Esta es la razón por la que nuestro contacto con el mundo se ha vuelto tan importante.

Lo principal es que la crisis es evidente en todos los aspectos de la vida. Veo lo profunda que es y es una sensación muy desagradable porque si vemos las cosas con objetividad, es como un tsunami que se aproxima y que amenaza con acabarnos. Por lo tanto, ya sea enfrentándonos a terribles aflicciones que nos obligarán a corregirnos o, previniendo esos sufrimientos con explicaciones que hagan que la gente comience a corregirse a sí misma antes de que los problemas lleguen. Los animales pueden sentir un tsunami y escapar, pero nuestro ego no nos deja presentir el desastre que se acerca y nos engaña diciéndonos que ¡todo está bien!

Los animales no pueden sobrevivir así. Estamos en una situación peor porque estamos desconectados de la naturaleza. Para fusionarnos con la naturaleza tenemos que estar en el atributo de otorgamiento y equilibrar nuestro egoísmo a través de este atributo. Sólo entonces ascenderemos al nivel de Moisés y seremos capaces de hablar con el Creador.

Si nos conectamos con la naturaleza, podremos resolver correctamente todos los problemas y avanzar hacia el bien. De lo contrario, el ego nos confundirá. Estamos destruyendo nuestra vida y la situación se está volviendo amenazante. No estoy tratando de asustar a nadie; todos saben esto. La gente simplemente se ha acostumbrado a la idea de que una guerra puede estallar y que habrá problemas, aniquilación y muerte. Nos hemos vuelto apáticos: Vivamos en paz hoy, no importa lo que venga mañana. El mundo está en estado de desamparo absoluto y la gente no puede hacer nada con sus vidas, con la humanidad, con todo lo que hemos hecho y causado.

Nunca, en la historia de la humanidad, ha habido personas tan reacias a tener hijos ni a pensar o preocuparse por ellos y nunca los hijos dejaron a sus padres y se fueron lejos de ellos. Por otro lado, también vemos el otro extremo, a adultos infantiles (30-40 años de edad) que viven con sus padres y no tienen intención de tener familia propia.

Hemos llegado a la última fase del desarrollo del egoísmo y hay necesidad de corrección. Por lo tanto, es hora de decirle al mundo entero que tenemos en nuestras manos las dos tablas de piedra con los Diez Mandamientos. Levantemos la máscara de hierro un poco y expongamos nuestra cara brillante.
[130585]
De KabTV «Secretos del Libro Eterno» 30/09/13

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