No despilfarrar el tesoro

Baal HaSulam, Introducción al Libro, Panim Meirot uMasbirot, artículo 19: La recepción egoísta del placer conlleva una gota de veneno mortal, y así aumentamos nuestra deuda al doble… Como resultado, esto le quita las últimas chispas de la vida a una persona, como si se encontrara con «el ángel de la muerte, llevando una gota de veneno en el filo de una espada y la persona, obediente, abre su boca, se traga la gota, y muere».

Somos criaturas, y tenemos que convertir el placer del Creador en nuestro placer por el bien de otorgamiento para disfrutar el doble: tanto del placer como de la adhesión con el Creador. Será, al mismo tiempo, dulce y verdadero. Sin embargo, mientras tanto, actuamos de la manera totalmente opuesta y recibimos placer de la mentira doble. ¡»Abrimos nuestra herida» y disfrutamos del hecho de que nos estamos acercando a nosotros mismos a la muerte!

Esto está directamente en contra de la vida verdadera ya que nuestro sistema interno tiene que trabajar de manera contraria a la forma actual. Tenemos que cambiar a la recepción, pero por el bien de otorgamiento; sin embargo, con nosotros todo sucede del modo contrario.

Resulta que la persona se las ingenia para disfrutar de su sufrimiento e incluso estar orgullosa de él. El poder de todas las fuerzas impuras se basa en esto. Sin embargo, la espiritualidad comienza precisamente por encima de ello.
De lo contrario, el ángel de la muerte finalmente llega y toma la última gota de la vida de una persona. ¿Por qué muere una persona? Porque se rompe la conexión con la Luz, con el otorgamiento, el cual le fue dado por la Naturaleza, como un pequeño fuego que, según el plan de la creación, debe convertirse en un otorgamiento mayor, la vida eterna, un gran fuego, la Luz. Sin embargo, desperdiciamos la chispa en la vida egoísta y morimos en lugar de desarrollarla y adquirir la vida verdadera.

(De la cuarta parte de la lección diaria de Cábala, Introducción al Libro, Panim Meirot uMasbirot, del 18 de julio de 2010.)

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