No te mientas a ti mismo

A cada paso, debemos acceder en forma equilibrada a los acontecimientos y no engañarnos con nuestra percepción de la realidad. Si, ahora mismo, el Creador y el Gobierno Superior no existen a mis ojos, entonces este es un estado obligatorio en mi sendero de avance. Después de todo, la Torá es un método práctico basado en lo que veo con mis propios ojos

En mis sensaciones, puedo, o no, ver el Gobierno Superior, pero no se requiere que yo crea en la palabra de nadie. Si un nuevo deseo egoísta se apodera de una persona, entonces él se sitúa en primer lugar, como el Faraón, “¿Por qué debo escuchar al Creador? ¿Por qué debo escucharle si Él no existe?”

Sin mentirme a mí mismo, debo admitir que estoy en este estado y examinarme detenidamente. ¿Cuáles instrumentos me permitirán revelar el Gobierno Superior, bajo estas circunstancias, revelarlo con todo mi ser para que el deseo corregido produzca la imagen del Creador dentro de mí?

Entonces veré por mi mismo que el Gobierno Superior existe y que el Creador me ha dado ese estado en que sentía que yo era el único poder. Según la ley de equivalencia de forma, la Fuerza Superior se revelará. Y gracias al deseo de recibir corregido, la Fuerza Superior surgirá en mí y el Creador y yo existiremos en un Zivug (una adhesión).

Entonces veré que Él es el primero y Él es el último, lo que me asegura que ya he completado el acto y corregido el deseo  de recibir roto (el deseo) que me fue enviado por nadie más que el Creador.

(24415 – De la primera parte de la lección diaria de Cabalá del 21 de octubre 2010,- Yo soy el primero y el último.)

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