Nuestra meta es alcanzar la armonía con la naturaleza

Nacimos con un solo deseo egoísta de disfrutar, y todo lo demás en la vida no es importante para nosotros. Es lo mismo para un bebé, al salir del vientre de su madre; él piensa en sí mismo, sólo se siente a sí mismo y no siente al mundo que lo rodea. Tras unas cuantas semanas, comienza a abrir sus ojos, escucha, gradualmente activa sus órganos de percepción, y percibe a otras personas. Y así obtiene lo que quiere de la vida, de su entorno (principalmente de su madre), con el fin de satisfacer sus necesidades.

Necesitamos entender que este deseo egoísta que se nos da al nacer fue recibido a propósito para que, con la ayuda del hábito que se vuelve una segunda naturaleza, pueda construirse otra forma altruista por encima de esta: la forma de otorgamiento y unidad.

Ahora, estamos en un estado opuesto; estamos separados; cada uno de nosotros quiere ganar a expensas del otro; ninguno de nosotros toma a nadie más en cuenta, y adicionalmente, estamos todos en oposición y desacuerdo mutuo. Sin embargo, la naturaleza ha creado expresamente tal cualidad negativa en nosotros para que al usar el poder que tenemos a nuestra disposición, construyamos una forma de conexión positiva, amable entre nosotros, precisamente a partir de esta cualidad negativa.

La construiremos de manera exhaustiva y consciente. De esta manera, llegaremos a la unidad al haber creado la imagen de un humano similar a esa ley general de la naturaleza que está dirigida al otorgamiento: bondadoso, y amoroso.

Entonces nos daremos cuenta de que esta ley no es mala, que todas esas fuerzas cuyos efectos sentimos en la forma de adversidad (como el divorcio, drogadicción, terrorismo, miedo a la amenaza de una guerra nuclear, conflictos entre países, enfermedades, y crisis ambientales, económicas, y financieras), que nos parecen impactos negativos de la naturaleza, caemos en cuenta que todo es necesario para poder contrarrestarlo con las fuerzas del otorgamiento, las fuerzas de nuestro amor y nuestra unidad. Hoy, si nosotros percibimos el impacto de esta única ley como negativo, es sólo porque somos opuestos a ella.

Esto sucede en nuestra vida diaria. Si hace frío o calor, necesito entender qué hacer para equilibrar esas anomalías y llevar la temperatura a un estado normal. Si me sumergiera en el agua, sentiría una fuerte sobrecarga de presión. Si ascendiera a una gran altura en las montañas, sentiría una escasez de oxígeno, y me sería muy difícil respirar. Entonces, compensaría esas desviaciones para equilibrarme con la naturaleza.

¿Qué medios podemos usar para llegar a la armonía con la naturaleza, que está desplegando esas diferentes adversidades? Sentimos golpes que vienen a nosotros desde todos lados. La humanidad se siente unida bajo una amenaza común que se cierne sobre ella.

Entendemos que nuestras cualidades son opuestas a las cualidades de la naturaleza y debemos compensar esto y trabajar en oposición a nuestras cualidades.

Si en el momento en que  la naturaleza ejerce un impacto negativo en nosotros, nos superamos a nosotros mismos, nos corregimos, y correspondemos a ello de acuerdo a nuestras habilidades, podríamos percibir tales impactos como positivos y equilibrados. Entonces, los problemas ambientales serían resueltos, las relaciones familiares se reconciliarían, las conexiones entre los países se reforzarían, la economía se haría más fuerte, y nuestras vidas se volverían felices y confortables.

Se nos dan esas oportunidades para hacer cambios gradualmente dentro de nosotros y entre nosotros. En este camino, nos acercaremos a la naturaleza general y nos sentiremos en una armonía total con esta.

(67354 – Del Kab.tv de «Una nueva vida», episodio # 4 del 1 de Enero del 2012)

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