Nuestro mundo, una estación en el camino

thumbs_Laitman_115_04Pregunta: ¿Cómo estoy ayudando en la corrección de una persona si le explico la idea de Abraham?

Respuesta: Hace tres mil quinientos años la humanidad vivió en Babilonia. Algunas personas comprendieron que era imposible seguir viviendo como lo habían estado haciendo. La crisis que se desarrolló, los obligó a buscar una respuesta al por qué y al para qué vivían.

Sus vidas enteras estaban destruidas y ellos estaban muy confundidos. La Babilonia de aquellos tiempos era un gran imperio con alrededor de tres millones de habitantes. Algunos de ellos, cerca de cinco mil personas, entendieron que existe algún tipo de proceso en la naturaleza, una fórmula particular para el desarrollo de la materia.

Dentro de la materia hay una fuerza de desarrollo que lo guía y lo pasa a través de todos los niveles de desarrollo y en última instancia lo lleva al siguiente nivel de existencia.

Todo nuestro mundo es una estación de paso. Llegamos aquí, realizamos nuestro trabajo, y seguir adelante. Algunos de los babilonios descubrieron esto y entendieron que es posible hacer una transición de aquí a otro nivel de existencia humana junto con los niveles inanimado, vegetativo y animado de la naturaleza, que se combinan juntos en el nivel del Adam (humano).

Estamos hablando de deseos. Nosotros sólo vemos los deseos y sólo actuamos dentro de ellos. Toda la materia de la creación es el deseo de recibir, incluyendo el inanimado, vegetativo, animado, e incluso la esencia de Adam. Ellos entendieron que deben cambiar la forma de trabajar con la materia, alineándola con el poder superior que la maneja, es decir, con la naturaleza dentro de la cual nos encontramos.

Podemos ser controlados directamente por la naturaleza, y podemos evitar esto y querer ser como la fuente de la naturaleza. Esta es toda la diferencia.

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Yo puedo ser activado de forma egoísta por alguna fuente, que es el Creador. Si existo de esta forma, entonces siento los niveles inanimado, vegetativo, y animado de la existencia, y carezco del nivel de Adam.

El nivel de Adam es cuando yo borro todo lo que recibo del Creador y me vuelvo como Él. Este es un nivel de existencia totalmente diferente. Este no es el inanimado, vegetativo, y animado, sino el cuarto nivel, el nivel de Adam.

El principio importante es que yo puedo recibir constantemente del Creador, ser activado por Él, y esta es la primera forma de existencia. Pero también puede haber una segunda forma de existencia en la que no sólo quiero existir de acuerdo a los mandamientos del Creador que activan mi ego. En este caso, yo no lo llamo «Creador» en vez de eso lo llamo «Faraón«, el Ajoráim (posterior) del Creador. Yo quiero parecerse al Creador y ser como Él. Para hacerlo, cancelo Su control, no estoy de acuerdo con Su activación. Esta es una verdadera revolución en la mente de las personas. Algunos de los babilonios llegaron a este descubrimiento y aceptaron este enfoque. Ellos vieron que la vida estaba empujándolos hacia esto. El Creador los obligó gradualmente, enviándoles problemas, crisis y malas sensaciones.

Hoy en día, estamos nuevamente como si estuviéramos en Babilonia; la vida es muy mala. Y el problema es que somos como los antiguos babilonios que no conocían al Creador. Incluso entonces sólo un pequeño grupo aprendió que al parecer esta acción de la naturaleza era deliberada y su origen estaba en el poder superior. Hoy en día, tenemos que aprender a entender esto en nosotros mismos y entonces enseñárselo al mundo entero.

(132560 – De la lección diaria de Cabalá del 4/10/14, Charla sobre difusión: Preguntas y respuestas con el Dr. Laitman)

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