Pasando la corrección hacia el mundo

Baal HaSulam, «Arvut« (Garantía mutua), (versión abreviada): Pero el final de la corrección del mundo será al traer a todas las personas del mundo bajo Su trabajo.

En realidad el mundo será corregido cuando llegue a la completa adhesión con el Creador. Este final está garantizado.

Pero el papel de Israel hacia el resto del mundo, es semejante al de nuestros Santos Padres hacia la nación israelí: Además, le corresponde a la nación israelí capacitarse y capacitar a las personas del mundo para desarrollarse hasta que asuman ese trabajo sublime del amor a otros, el cual es Dvekut con Él. Así, todas y cada una de las Mitzvot que cada persona de Israel lleva a cabo para traer contento al Hacedor, ayudan hasta cierto punto en el desarrollo de todas las personas del mundo, hasta que se incrementen a tal grado que puedan traer a todas las personas del mundo a la pureza deseada «inclinando la balanza hacia la virtud».

La estructura general de la realidad está dividida en varios niveles: los Padres, los hijos, Israel, y los pueblos del mundo.

Los Padres, de acuerdo a su naturaleza, anhelaban al Creador. No necesitaban ser un pueblo. Era suficiente con que ellos estuvieran en un pequeño grupo. Algunos de ellos tal vez incluso se las arreglaron sin este, como Adam HaRishon, el primer Hombre, por ejemplo. En tiempos de Abraham ya había grupos, y sus estudiantes estaban conectados como una familia. Aun así, era el trabajo individual de una persona.

Más tarde, desde los días del exilio en Egipto, fue el turno de los hijos. El egoísmo creció y el trabajar ahora con este, exigía no sólo un grupo sino un pueblo, el pueblo de Israel, este pueblo se corrigió mediante la Torá en los estados llamados desierto, la Tierra de Israel, y el primero y segundo Templos.

Después los pueblos del mundo se unieron a este proceso con la fragmentada parte de Israel que se incorporó en ellos. Hoy estamos juntos en este nivel, y debemos hacer lo mismo que los Padres hicieron por nosotros. Primero tenemos que corregirnos, y después pasar la corrección a los pueblos del mundo.

Debemos recordar que los pueblos del mundo no comenzarán a operar por su cuenta. Todos aquellos que pertenecen a los otros niveles, a la parte fragmentada de Israel y a la parte de los pueblos del mundo que fueron mezcladas con esta, despiertan hacia la corrección. Las diez tribus perdidas de las que no sabemos nada, también están incorporadas aquí.

Así, los pueblos del mundo se acercan a la corrección mediante aquellos que pueden despertar, aquellos que tienen el punto espiritual iluminado en sus corazones. No tiene ningún caso sentarse y esperar el despertar general de los pueblos del mundo. Esta no sucederá por sí misma, ni ahora ni en el futuro. Aquí se necesita nuestra participación: Nos corregimos, y de acuerdo a nuestro nivel de corrección, la Luz pasa hacia ellos y gracias a esto son corregidos.

Esta es una parte relativamente pasiva del alma general. Se dice que los pueblos del mundo llevarán a los hijos de Israel sobre sus hombros hasta Jerusalén, pero tenemos que comenzar la corrección. Existen siempre dos partes: la parte que corrige y la parte que es corregida por las fuerzas que vienen de Arriba.

Por supuesto, se necesita una gran preparación para ello, la cual se realiza mediante diseminación. Se requiere de aquellos que son corregidos, la disposición pasiva para recibir ayuda y tomar parte en el proceso tanto como puedan.

Pero la corrección en sí viene de las personas con el punto en el corazón que pueden pasar las fuerzas necesarias a través de ellos desde la cima hasta la base.

Entonces no deberíamos esperar simplemente «un despertar desde abajo». Incluso las personas más listas e inteligentes no despertarán por sí mismas. Ellos pueden estén de acuerdo sólo hasta cierto punto, unirse un poco al trabajo, pero de forma pasiva.

(60936 – De la 4º parte de la lección diaria de Cabalá del 16 de Noviembre 2011, «Arvut» (Garantía mutua)

Material Realcionado:

Egoísmo y su corrección
El tiempo de los nietos está aquí
Cómo puede uno heredar “el mérito de los padres”

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