Que Él haga la paz entre nosotros

Sólo hay una manera de ganar la guerra interna: cubrir todos los crímenes con amor y elevarse por encima de discutir quién tiene razón y quién está equivocado. La guerra corporal, que es consecuencia de la guerra interna, también terminará. 

Si la guerra no termina con victoria, antes que nada, en el sentido espiritual, la victoria corporal no ayudará. La batalla puede ceder por un tiempo, pero ciertamente comenzará una vez más.

Por lo tanto, debemos luchar por cubrir todos los crímenes con amor, no intentar averiguar de qué lado está la verdad en este conflicto y confrontación, sino elevarnos por encima de los dos polos. Podemos hacerlo, sólo si entendemos que todas las fuerzas de confrontación vienen del Creador y que sólo al elevarnos hasta Él podemos reconciliarlas y ascender hasta su fuente. 

El conflicto lo organiza el Creador, no hay nada más que Él. Sólo al combinar dos fuerzas opuestas, podemos ganar, no eligiendo cual de las dos tiene razón, sino al caminar por la línea media. El Creador comenzó la guerra y la está peleando, por eso, sólo al acudir a Él con la demanda de reconciliar esta disputa, puede terminar. Como está escrito: “Él que hace la paz en Sus cielos, que la haga entre nosotros”. 

No nos corregimos a tiempo, por eso las corrupciones se acumularon y explotamos como se exacerba una enfermedad no atendida. Es lo que está sucediendo ahora. Por decenas e incluso cientos de años esos problemas han estado ocultos en la humanidad, con explosiones aquí y allá, como síntomas de la enfermedad interna. 

Debemos entender que si un problema es revelado, ya existía antes. Ahora, cuando se manifiesta, tenemos la oportunidad de corregirlo y llegar al fin de la corrección. 

 

Descubre Unirnos por encima de nuestras diferencias egoístas

 

El Creador organizó la fragmentación para nosotros. No es nuestra culpa de que recibimos un mundo fragmentado en el que gobierna la fuerza egoísta. Sólo debemos revelarlo y pedir al Creador que nos corrija, porque así nos unimos a Él. 

Él hace todo -no nosotros. Sólo debemos acudir a Él, por encima de los problemas revelados. Entendemos que todo fue organizado por Él y hecho a propósito para que Le pidamos la corrección. Esto es llamado: “Mis hijos Me vencieron”. 

 

Descubre La exigencia de alcanzar una corrección, un cambio interior

 

De la clase diaria de Cabalá, “Ganar la guerra (Contra la inclinación al mal)”

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