Recoger el heno cuando el sol brilla

Durante un descenso, no se está efectuando ningún cálculo con respecto a nosotros. Se nos da una pesadez en el corazón y en la mente por medio de cuestiones de salud, problemas familiares, etc. No se espera que reaccionemos correctamente.

Es indispensable sacar conclusiones después de una caída y prepararnos durante el siguiente ascenso, fortaleciendo nuestra responsabilidad mutua y las conexiones con los demás, para que esto nos ayude cuando llegue el descenso. Miro a mi amigo que carece de la fuerza y me doy cuenta que soy responsable de él. De hecho, he firmado un acuerdo para ayudarle a incorporarse física, emocional, y espiritualmente.

Cuando alguien se encuentra en un descenso y se siente desamparado, debe pensar que si hubiese invertido energía en el grupo, si hubiese guardado para sí mismo una reserva, un fondo, una acumulación de fuerzas, podría haber echado mano de todo esto no solamente para minimizar la caída, sino para incorporarse. Habría sentido la caída, pero sólo para usarla correctamente e incorporarse nuevamente.

Es por esto que está escrito que todos los pecados no se cometen durante el descenso, sino más bien en un estado de ascenso, dependiendo de cómo la persona los usa. Tenemos que hacer todo lo posible para acumular estas fuerzas en invertir en el grupo en lugar de en uno mismos.

Traten de prepararse tanto como sea posible mientras se encuentran en un ascenso y entonces experimentarán el descenso con alegría.

(De la primera parte de la lección diaria de Cabalá del 6 de septiembre 2010, sobre el artículo, Y Jacob salió.)

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