Suspendidos entre dos mundos

thumbs_laitman_612Baal HaSulam, «Un mandamiento»: Es inútil esperar un momento en el que se encuentre una solución que le permita a uno comenzar el trabajo del Creador en Lishmá. Como en el pasado, así también en el futuro, cada siervo del Creador debe comenzar el trabajo en Lo Lishmá, y a partir de eso lograr Lishmá.

Y la manera de lograr este grado no está limitada por el tiempo, sino por sus calificadores, y por la medida de control de uno sobre el corazón. Por lo tanto, muchos han caído y caerán, en el campo de trabajo Lo Lishmá, y morirán sin sabiduría. Sin embargo, su recompensa, no obstante, es grande, ya que la mente de uno no puede apreciar el verdadero mérito y el valor de darle contento al Hacedor de uno.

En otras palabras, todos serán egoístas dentro de sus Kelim «rotos», y a pesar de que el incentivo para descubrir la fuerza única que actúa en la realidad aparece en ellos, a pesar de todo esto, este poder es opuesto a ellos, y ellos necesitan aplicar una transformación en particular. «El camino… no está limitado por el tiempo», es decir que uno no debe esperar que esto suceda por sí mismo.

En un principio, nosotros aún no hemos salido del ego. Muchos se acercan a esto y no lo terminan. Nos dejan sin haber alcanzado la Luz Superior que se descubre sólo en los Kelim de otorgamiento. Sin embargo, «su recompensa, no obstante es muy grande», porque, incluso si trabajaban Lo Lishmá, a pesar de todo, hicieron el esfuerzo por alcanzar Lishmá, «dándole contento al Creador de uno», y a pesar de haberlo hecho de manera inconsciente, esto ya se cuenta como su mérito.

De hecho, todo el mundo actúa por el bien del Creador. Esto es acorde a lo que está escrito: «… aquel que haya sido desterrado no sea arrojado de él» (II Samuel 14:14).

Todo reencarna y avanza gradualmente hacia la corrección, con la ayuda de la Luz que influye cada vez más en el deseo de recibir roto, y a través de sus capas externas, penetra más profundamente. Por lo tanto, el proceso avanza, y es evidente que todos cumplen las órdenes de la Luz. No hay otros participantes en esta acción, en vez de ello, sólo la Luz y el deseo.

Sin embargo, cuando la Luz actúa de esta forma, la persona se somete inconscientemente a su actividad. Ella no tiene conocimiento personal que eso está separado del ego, y es llamado «fe por encima de la razón». A ella le falta un segundo nivel que se encuentra por encima de su deseo egoísta. Por sobre el conocimiento de la recepción, ella no conoce el otorgamiento. A esto se le llama «sin su conocimiento», la sustancia del deseo es activada por la Luz. Es así como le sirven todas las personas al Creador (ellas son siervos del Creador), sin entender esto.

Como es habitual, esta etapa está dividida en cuatro pasos. En la primera etapa, la persona comienza a trabajar con el deseo de recibir, deseando elevarse por encima de él. Quiere controlar el deseo, su pensamiento, desde un nivel superior, desde arriba. Ella ya no quiere permanecer más en el deseo de recibir.

Eso no es lo que pasa con nosotros, porque, en nuestras vidas, asumimos erróneamente que, si la persona desarrolla dentro de sí misma un deseo por encima de los deseos anteriores, entonces ella se superará a sí misma. Sin embargo, de hecho, ella simplemente cambia un deseo egoísta por otro deseo egoísta más grande.

Por ejemplo, yo decidí dejar de fumar, puesto que esto es perjudicial para mi salud. Por medio de ello, elevo la importancia de un estilo de vida saludable en relación al tabaquismo. Podría ser que me sienta más sano, y eso es bueno. Sin embargo, en lo que se refiere a la corrección, simplemente he «cambié un burro por una vaca», es decir que me quedé en el mismo estrato egoísta.

El ascenso comienza cuando yo actúo en concordancia con el «punto en el corazón», y con su ayuda empiezo a organizarme internamente. Junto con esto, mi intención sigue siendo Lo Lishmá, pero ya he dado un paso hacia adelante.

Esta etapa también está dividida en varios niveles que se dividen según el grado de confianza. Yo podría creer en el Creador en un uno por ciento o más, o en todo el cien por ciento. Así es cómo me organizo de acuerdo a la intención Lo Lishmá, que se eleva un poco por encima de mí mismo, que se ha fortalecido dentro del grupo, suspendida entre los dos mundos de vez en cuando, inclinándose hacia un lado o hacia el otro lado en ondas de ascenso y descenso, pero a pesar de todo esto, yo ya me encuentro en un estado intermedio y me elevo a él a través de muchos pasos.

Mientras tanto, nuestro libre albedrío es característico de estos estados, y después de eso, pasamos a través del ocultamiento y la elección de los niveles más altos, después del Majsom, pero ya en una forma diferente. Aquí ya hay trabajo con Klipot y Kedushá.

En general, todo lo que está por encima de lo «inconsciente» ya está trabajando con la ayuda de las Luces y Kelim espirituales en todo tipo de posibilidades, y la persona que hace esto, tiene que mantener un pensamiento puro. Está prohibido que él piense cuándo llegará a la intención de Lishmá. Es cierto que ahora ella se encuentra en el ego, pero necesita pensar sólo en una cosa: ¿Cómo hago mi mejor esfuerzo con lo que se me ha dado, en el estado actual que he recibido del Creador? Incluso si ella permaneciera en este estado de Lo Lishmá hasta el final de sus días, en tanto que el estado es insoportable para ella, a pesar de todo esto, ella construye su actitud de acuerdo a aquello que le dará más placer al Creador.

Por lo tanto, la persona aclara la intención egoísta actual, y a pesar de todo esto, alcanza Lishmá precisamente a condición de que valore el estado actual de Lo Lishmá como perfección si esto le satisfacción al Creador. Precisamente en este punto, la intención de Lo Lishmá se aclara gradualmente como el nivel de Lishmá.

Pregunta: ¿Cómo es posible dar satisfacción al Creador dentro de la intención de Lo Lishmá?

Respuesta: El niño le da mucha satisfacción a sus padres, aunque él sólo les sonría. El Creador no necesita nuestro intelecto, comprensión, o una profunda emoción, independientemente de la edad. Él necesita lealtad, aceptación, en la medida de nuestras posibilidades. El niño está ligado a su madre y a su padre de una manera natural y esto es suficiente. Por su cuenta, él añade sólo un poco de sonrisa, y esto lo vale todo en el mundo.

(117439 – De la 4º parte de la lección diaria de Cabalá del 9/22/13, Escritos de Baal HaSulam)

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