Un lirio entre espinas

El Zohar, “Ki Tissá” (Cuando Tomas), ítem 31: “Como un lirio entre espinas, así es mi amada entre las hijas”. El Creador desea hacer a Israel similar a la forma que tiene arriba, entonces habría un lirio en la tierra [en Israel] que es como el lirio arriba, Máljut. Y el lirio fragante, mejor que todos los lirios del mundo, es sólo uno que ha crecido entre los espinos. Este huele como debería.

Las espinas llegan a revelarse a una persona al grado en que esta sea capaz de sobrepasarlas. Si la persona prepara correctamente todas las inclinaciones, todas las fuerzas presentes y operando entre ella y el entorno, si puede continuamente despertar y elevar la importancia del Creador, la unidad y el amor por el prójimo como a sí mismo por encima de todo lo que sufre en sus pensamientos y deseos, entonces realiza el verdadero análisis y “afloja los dientes” de la inclinación al mal.

Rabásh escribe, “Cuando respondas al egoísmo, “afloja sus dientes” esto significa que no debes discutir con él, sino que deberías usar la fuerza para superarlo. Yo revelo el entorno, el cual se encuentra entre los otros y yo, de manera egoísta, buscando una oportunidad para usar mi conexión con este, para conseguir de ellos tanto como pueda.

Mirando la realidad desde una perspectiva material, veo todo fuera de mí, en lugar de dentro de mí. Yo no pienso que soy el único responsable de la distancia, del odio, y de la repulsión que se revela. Todo esto me parece externo y no como mío. Yo no pienso que estos sean mis Kelím, mi percepción de la realidad, mi visión, o la revelación de la realidad superior dentro de mí.

Por lo tanto, debo darme a mí mismo “un golpe en los dientes” una y otra vez con el fin de corregir mi actitud hacia el cuadro que se presenta delante de mis ojos. En este cuadro estoy separado de mi prójimo por una distancia que no parece que fueran mis propios deseos (Kelím) corruptos. En lugar de esto me parecen como algo extraño, algo que tengo que rechazar.

Pero actúo de forma contraria: Yo aflojo la fuerza de esta ilusión con mi análisis ya que entiendo que todo lo que se me revela es mi propio yo. Y no corrijo mi alma a menos que me atribuya a mi mismo el mundo entero, toda la realidad, todas las personas, todas las almas, y todos los niveles en general, los grados inanimado, vegetativo, animado y hablante. Tengo que tratarlos a todos como una parte inseparable de mí.

Entonces veo que la percepción de la realidad, el amor por las criaturas, y la revelación del Creador se encuentran en los mismos pensamientos y deseos que determinan mi actitud hacia el prójimo, aquel que está afuera. En realidad no hay nada más allá del deseo. Y cuando siento que este deseo sale de mi hacia los demás, tengo que “golpearlo en los dientes” de la manera correcta. Es así cómo yo lo transformo en un enlace conector entre mi mismo y la otra parte de mí. El prójimo llegará a ser una parte de mí y el Creador llegará a ser mío. Es así como incluiré toda la realidad dentro de mí y por consiguiente el rompimiento se corregirá.

Entonces, en aquel mismo lugar, en los mismos deseos y pensamientos que estaban entre el prójimo y yo, comenzaré a sentir la presencia de la Luz, la cualidad de otorgamiento y amor.

(35497 – De la 1º parte de la lección diaria de Cabalá del 2/16/11, Escritos de Rabash)

Material relacionado:

Primero, recibamos un alma

La medida de la pureza en el trabaj

Una tormenta alrededor del Creador

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *