Un tiempo de misericordia especial proveniente de Arriba

thumbs_laitman_935Baal HaSulam, «Shamati # 41», «Qué es grandeza y pequeñez en la fe»: Está escrito, «y creyeron en el Señor y en Su siervo Moisés». Debemos saber que las Luces de Pésaj (Pascua) tienen el poder para impartir la Luz de la fe. Sin embargo, no crean que la Luz de la fe es una cosa pequeña, porque la grandeza y la pequeñez sólo dependen de los receptores.

Todo el tema de Pésaj nos habla de que la persona recibe energía desde Arriba, porque sin ella ciertamente somos incapaces de hacer algo. Nosotros siempre somos impulsados ​​por una fuerza: ya sea por la fuerza del deseo de recibir con el que nacimos: «He creado la inclinación al mal«, o por la fuerza del deseo de otorgar, «he creado la Torá como una especia».

Nos comportamos de acuerdo al equilibrio entre estas fuerzas, aunque se nos ha dado libre albedrío, para que, debido al entorno y a las diferentes acciones que realizamos con el entorno, podamos atraer el deseo de otorgar, es decir la Luz que me ilumina, de tal forma que me dé su atributo. De este modo nosotros adquirimos la Luz de la fe, la fe es otorgamiento.

Si sobre mí brilla una mayor cantidad de Luz, me elevo como una flor hacia el sol, hacia la lluvia. Si la Luz no brilla, y yo me seco. Todo depende sólo de cómo influye en mí la Luz.

Hay momentos especiales llamados un despertar desde Arriba. A veces, estos son buenos tiempos y a veces malos, lo cual significa que, se revela el Din (juicio) o bien la misericordia. Esto también depende de mí, de cuán arduamente intente aprovechar estos momentos de estos estados especiales.

Pésaj es un tiempo de misericordia especial de acuerdo a su raíz y rama, una época de una gran Luz que nos eleva por encima del deseo de recibir y nos saca de Egipto. Tenemos que tratar de hacer lo mejor en esta oportunidad. Por supuesto, la salida de Egipto se logra mediante grandes esfuerzos colectivos.

Pero cuando hacemos esfuerzos, descubrimos que no podemos hacer nada, ni siquiera el esfuerzo correcto. Aunque nos decidamos a hacer todo lo posible, al momento siguiente ya nos olvidamos de esto o no logramos hacerlo. Entonces formamos gradualmente la petición correcta, acerca de la cual está escrito: «Y los hijos de Israel gimieron por causa del trabajo».

Al hacer la petición correcta de adquirir la Luz de la fe, somos recompensados y ascendemos por encima del deseo de recibir. Ahora éste no nos domina y somos nosotros quienes realmente lo dominamos a él. A esto le llamamos el éxodo de Egipto. No salimos de él; estamos dentro de él, pero recibimos el poder para tomar decisiones, y de ahora en adelante, la Luz de la fe lo determina todo, no es la fuerza de la recepción la que lo hace. Este es el éxodo.

(131187 – De la 1° parte de la lección diaria de Cabalá del 3/30/14, Shamati # 41)

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