Una chispa nunca es suficiente

Nuestra evolución en este mundo ocurre por etapas. Durante miles de años nos hemos desarrollado a partir de los niveles inanimado, vegetativo, animado, y hablante.

La sabiduría de la Cabalá explica cómo ascendemos desde el nivel hablante hacia arriba cuando adquirimos el libre albedrío, la oportunidad de participar conscientemente en nuestro propio desarrollo. Esta participación nos lleva a la comprensión, la conciencia, y la revelación del Creador, y al final llegamos a ser equivalentes a Él.

Esto es lo que implica nuestra meta, pero la alcanzamos por medio del desarrollo gradual inculcado por nosotros. ¿Qué es exactamente lo que debemos hacer por nuestra parte?

En general, la creación consiste de la Luz y la vasija. La Luz afecta el deseo del Kli, y lo transforma. ¿Cuál es entonces la parte que le corresponde al deseo?

El deseo, que reside en nuestro mundo, tiene una chispa de Luz que penetró en él debido a la inter inclusión en los grados superiores. La Luz y el Kli se fusionaron, y juntos descendieron a este mundo. Como resultado, hay ahora una chispa en la vasija que anhela la Luz, dirigida no sólo a la Luz misma, sino que además anhela la equivalencia con ella.

Si esta vasija o el hombre siente el anhelo por la Luz, desea evolucionar de la manera correcta, debe acudir bajo la influencia de la Luz. La chispa sola no es suficiente para cambiarse a sí misma y ser similar a la Luz. Es necesario atraer el efecto de la Luz hacia uno mismo.

Así, el método de la Cabalá nos ofrece los medios para causar las acciones del Creador hacia nosotros. Por lo tanto, hay una expresión de «el trabajo del Creador», es decir que el Creador está trabajando en nosotros. No hay nadie aparte de Él. Pero estos actos pueden ser realizados sólo «por nuestra petición», lo cual es considerado como una plegaria por la corrección (MAN). Pedimos ser unificados en nuestro deseo con el deseo de Bína. Este es el trabajo: prepararnos para exigir la corrección de la Luz superior.

La persona que ha sido iluminada con esta pasión es considerada como «humano» (Adám), ya que actúa impulsada por el deseo de ser similar (Domé) al Creador. Pero si no tiene tal deseo, es considerada como si estuviera por ahora en el nivel «animado» de la evolución.

(36829 – De la 4º parte  de la lección diaria de Cabalá del 3/2/2011, Escritos de Rabásh)

Material Relacionado:
Concibiéndome en mi interior
El equilibrio entre el cielo y la tierra
El que hace toda la diferencia

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *