Una sinfonía de opuestos

Cada vez que queremos hacer la transición al próximo estado tenemos que construirlo. Después de todo, este no existe: No hay un mundo espiritual, no hay Creador-nada. Construyo todo dentro de mí, y todo depende solamente de mí, de mi “construcción”. Esto significa que cuando asciendo a niveles más elevados, tengo que formarlos y visualizarlos frente a mí: “¿Cómo lucirá mi nuevo peldaño de avance?”

Mi próximo peldaño es el siguiente: No hay “nosotros”, sólo “yo”; todo está dentro de mí y es una parte de mí. Cada vez me elevo a un nuevo peldaño, veo el mundo entero dentro de mí, en mi percepción y sensaciones.

Después una vez más, el mundo me parece un lugar alienado, separado, y dividido en varios estados de conflicto. Entonces, tengo que ensamblar todas sus partes una vez más- dentro de mí, y relacionarme con todo con amor y unidad, sin excepciones.

De esta manera asciendo todos los 125 peldaños, incrementando cada vez el rango, la resolución de la imagen de percepción. Con cada peldaño, hecho un vistazo más profundo en la fragmentación y corrijo el grado correspondiente. Es mi percepción y mi sensación que estaba rota. Esto fractura nuestra unidad en pequeñas astillas, parcialmente distantes, opuestas, y odiosas para mí.

En su “Prefacio a El Libro del Zóhar Baal HaSulam escribe: …Debemos estar tan agradecidos con Su providencia por haber creado ese espejo pulido en nuestros cerebros, permitiéndonos ver y percibir todo fuera de nosotros. Esto es porque mediante eso Él nos ha dado el poder de percibir todo con un conocimiento y alcance claro, y medir todo desde dentro y desde fuera. Sin ello, perderíamos la mayor parte de nuestra percepción.

En otras palabras, nunca alcanzaríamos el único estado auténtico que existe. Simplemente no nos acercaríamos, ni entenderíamos o sentiríamos su profundidad si no pasáramos por la fragmentación. Es por esto que nuestro estado auténtico es deliberadamente roto en piezas y cada una de ellas se opone, contradice a las otras. Lo que antes solía ser un todo único ahora está dividido, las partes que eran similares ahora son antagonistas. Está más allá de nuestra imaginación.

Estamos tratando de reconectarlas a través de nuestros esfuerzos al inclinar nuestras cabezas y ceder con nuestros amigos. Quiero llenar los espacios vacíos entre ellos; haré todo lo que pueda para reconectarlos dentro de mí mismo debido a mi amor y actitud correcta. Al persuadirme de esta manera, llego a un entendimiento profundo de la esencia de Maljut del mundo de Infinito, el cual en realidad es mi alma unificada.

La profundidad de nuestra toma de consciencia depende de la revelación de la fragmentación y el entendimiento de su opuesto, la plenitud. El espacio vacío entre ellos es tan enorme que requiere de herramientas especiales, las vasijas. Entonces, está dicho que tenemos que ensanchar nuestras vasijas “620” veces, es decir llegar a una profundidad que es comparable al Infinito. Aparte, en la separación entre ambos estados (roto y completo) revelamos las Luces de NRNHY.

En realidad, todo lo que sentimos en este mundo está construido en base a contrastes: amargo y dulce, oscuridad y luz, odio y amor, etc. Esto se aplica incluso a la música y la percepción de los colores. Percibimos todo como la diferencia entre sus formas corrompidas y corregidas; una es siempre opuesta a la otra.

Entonces, el Infinito siempre ha sido perfecto. Ahora estamos hablando de nuestro alcance: cuando sentimos algo que no tiene su opuesto, sólo podemos sentir la diminuta Luz de Nefesh-de- Nefesh. En nuestro mundo, ni una sola partícula de ninguna sustancia carece de dos polos, un más y un menos. Incluso un electrón (de carga negativa) o un positrón (de carga positiva) ambos de todas formas ocultan los opuestos dentro de ellos, los cuales aún están por descubrirse. Tras ocurrir la fragmentación, no existe ni siquiera la más mínima partícula que no contenga su opuesto, aun cuando se nos presenta sólo en un aspecto, a través de una frontera, sin revelar al otro.

Inicialmente, mientras la criatura estaba en el mundo de Infinito, estaba en un estado totalmente inconsciente, sin percepción, no tenía nada con lo que hacer comparaciones; no había ningún espacio entre dos polos- un lugar para el pensamiento y la percepción.

Entonces, el Infinito se separa en partes del mundo de Nekudim. Ahora, podemos entender y sentir su profundidad. Esta es la percepción de la realidad, a la cual aspiramos. Es nuestra vida, una armonía sin precedentes, una sinfonía de menos y mases que abarcan todo el alcance, todo el entendimiento entre los dos estados: corrompido y pleno.
(89214 De la Convención de la Unidad en el Norte 20 de Septiembre del 2012, Lección 2)

Material Relacionado:

La realidad es indivisible
Un sistema multidimensional
La unión de los opuestos es el trampolín para el ascenso espiritual

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *