Ve a través de la decena

Nada es tan difícil: necesitas unirte a una estructura llamada decena. Al ingresar correctamente, me preparo para encontrarme con el Creador. Veo a la decena como a través de una lupa, me enfoco en el Creador y comienzo a verlo y comprenderlo.

Es un sistema simple: yo-la decena-el Creador. Si quiero revelarlo, necesito un dispositivo más grande llamado decena, es decir, que incluya un número creciente de detalles involucrados en enfocar y encauzarnos hacia un corazón. El Creador se revelará a sí mismo.

Así sigue hasta que todos los círculos, todos los participantes se unan en el Kli común de toda la humanidad. En consecuencia, el Creador se revelará totalmente a aquellos que se anularon ante la decena, ante HaVaYáH, construida por Él con todos los habitantes de este mundo.

Por eso está escrito: «Como si me hubieras hecho». El Creador no existe por sí mismo, sino sólo como resultado de la participación correcta de todos en Su revelación. Este dispositivo está a nuestra disposición y estamos obligados a usarlo sin que nos distraiga ningún otro trabajo. Todo lo que sucede debe ser invertido en la creación de este instrumento, la decena, para ahí revelar al Creador.1

Al trabajar en nuestra conexión, logramos amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Y de ahí logramos amor por el Creador, enfocando todos nuestros deseos y aspiraciones, a través del grupo, en el Creador. Así conectamos a toda la creación, que se centra en el grupo y se adhiere al Creador. Por lo tanto, primero es necesario lograr el amor por el prójimo y sólo entonces podremos decir: «Escucha Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor es uno», según la regla: «Israel, la Torá y el Creador son uno «, es decir, el hombre, el grupo y el Creador.

Hacemos del grupo un instrumento para revelar al Creador. Es similar a los binoculares que necesitan ser ajustados para ver el objetivo deseado. Todas nuestras miradas deben enfocarse en un punto para ver directamente al Creador.

Si al inicio no nos centramos en el Creador, no tendremos nada en qué enfocarnos. Si el grupo esté fuera de foco, detrás de él no veremos al Creador llamado «ven y ve» (Bo-Re). Para “venir” y “verlo” a Él, necesito tener unido: yo, el Creador y el grupo, enfocado en Él.

Es imposible enfocarme en el grupo si no imagino al Creador detrás de él. De lo contrario, no tengo nada en que centrarme, es decir, el Creador debe ser primero. Pero, ¿cómo puedo enfocarme en el Creador sin un grupo? ¿dónde puedo ajustar la lente? Soy el que ajusto la lente, para tener nitidez.2

Para enfocar al grupo, debo imaginar al Creador, es decir, las propiedades ideales de otorgamiento y amor. Así, trato de ver al grupo como instrumento, lupa, binoculares, con los que busco la nitidez de estas cualidades, enfocando todas nuestras aspiraciones en ellas. Aunque tenemos deseos diferentes, los agrupamos en un objetivo, los unimos en un solo deseo y esencia.

No nos enfocamos en ningún objeto distante, sólo imaginamos que el Creador se revela dentro de nosotros: “ven y ve”. No nos enfocamos en el Creador mismo, sino en nuestros Kelim, donde el Creador será revelado. Todo este trabajo es para lograr en el grupo la conexión correcta de nuestros deseos (Kelim).

Si nos parece que no tenemos éxito, es lo contrario. Nos unimos y acercamos al Creador, por lo tanto, revelamos la falta de enfoque dentro de nosotros mismos con una nitidez cada vez mayor. Debemos pedirle al Creador que nos ayude a unirnos, a revelar la creciente similitud de nuestras intenciones a pesar de la creciente diferencia de nuestros deseos.3

De la 1a parte de la lección diaria de Cabalá 30/jun/19, La decena es un HaVaYáH
1 minuto 0:20
2 minuto 5:15
3 minuto 21:35

Material relacionado:
Triángulo: Yo-Grupo-Creador
A través del grupo hacia el Creador
Dirigirse al Creador

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *