¿Quién me ayudará a alcanzar la meta?

Pregunta: Durante la Convención queríamos realmente alcanzar la meta, y entonces descubrimos que nuestro ego no nos permitió hacerlo. ¿Por qué el Creador no quiso responder a nuestras oraciones y no nos permitió elevarnos por encima de esta montaña de egoísmo? ¿Por qué somos incapaces de hacer esto?

Respuesta: El Creador es la fuerza general de otorgamiento. Él creó nuestra fuerza de recepción. Estas dos fuerzas permanecen una frente a la otra, como largueros de una escalera con peldaños en el medio.

A medida  que te corresponde  un escalón superior, asciendes a él, avanzando a un nuevo grado paso a paso a cada vez. Todo está en tus manos. Se te ha entregado una llave para la naturaleza con el fin de cambiar tu propia naturaleza y hacerla similar a aquella del Superior.

Asciendes tan pronto al tiempo que te haces similar a ella, pero cuando eres diferente a ella, entonces permaneces en el mismo lugar. No depende del Creador, Su deseo es constante; Él es bueno y hace el Bien. El Creador no cambia, esta fuerza es absoluta e invariable.

Pero, con el fin permitirte ascender, el Creador divide la senda entera en pasos o estados. Cada vez que eres como el grado Superior, asciendes a él, y cuanto más te hagas como él, continuarás ascendiendo más alto. Entre cada paso, tienes que prepararte para el siguiente paso, y de esta manera sigues ascendiendo cada vez.

No tienes a nadie a quien orar, a nadie a quien preguntar. Es por eso que no puedes objetar: «¿Por qué Creador no quiere ayudarme? ¿Dónde está Él? ¿Adónde se fue? ¿Qué está pasando? ¿Qué más que quiere que haga? «Esencialmente, cuando oras y pides, estás juzgándote en relación con la Luz Superior que brilla para todos de manera equitativa, constante y sin cambio. Todo el mundo puede tomar tanto como quiera de ello.

Está escrito sobre el Creador: «Yo no cambio mi HaVaYaH«, «No hay nadie más aparte de Él«, «El bueno que hace el Bien.» Él no cambia. Al correlacionar tus propiedades con las de Él como si Él estuviera pensando o reaccionando a tu llanto, entonces estás haciendo subir todo esto. A través de la historia las personas han atribuido características humanas a las fuerzas de la naturaleza: el viento, la lluvia, la luna, así como al Creador. ¡Pero esto no existe!

Estamos trabajando contra la naturaleza. Los cabalistas nos explican que la naturaleza donde existimos tiene sus propias leyes. En hebreo, el valor numérico (Guematria) de «naturaleza» y «Creador» son el mismo. Podemos utilizar estas leyes y continuar ascendiendo sus grados una y otra vez hasta llegar a la Naturaleza universal referida como el nivel de Bina, el Creador (Elokim).

Por esta razón, es claro para mí que si todavía no la he recibido, entonces el problema está en mí. No tengo a quien temer y nadie a quien preguntarle.

Es correcto decir que Creador rige sobre nosotros. ¿No rige sobre nosotros la naturaleza? Sí lo hace. Los tsunamis, huracanes y otros desastres naturales ocurren, y es sin duda ¡el dominio de la naturaleza sobre nosotros!

En la naturaleza, hay dos fuerzas opuestas que constantemente chocan y batallan: la fuerza de otorgamiento y la de recepción. Todo sucede de acuerdo al programa que nos conduce hacia el propósito de la creación. En un principio estas fuerzas son completamente opuestas, pero ellas se acercan gradualmente más hasta que se unen. Este es el proceso de desarrollo en la naturaleza.

Es por eso que no tienen a nadie con quien trabajar más que con él grupo. Puedes cambiarte a ti mismo a través del grupo y hacer que tus propiedades se asimilen a las de la naturaleza. El grupo es un adaptador entre tu deseo, que no controlas, y el Creador, quien tampoco se puede controlar. El grupo, la sociedad, el medio ambiente, es tu único poder, es lo único que puedes cambiar.

Por lo tanto, si en vez de avanzar inconscientemente, de acuerdo al programa de la naturaleza que lleva a toda la creación hacia la unidad con el Creador, quiero cambiar algo; si quiero avanzar hacia Él por mi cuenta, y no por las fuerzas crueles de la naturaleza, a entonces, sólo tengo una opción: trabajar con mi entorno.

(26815 – De la segunda parte de la Lección Diaria de Cabalá del del 17 de noviembre 2010 –  El Zohar.)

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