Acepto las reglas del juego

thumbs_laitman_527_02No hay nada además de entregarse a los amigos  y encontrar el atributo general de otorgamiento o al Creador en lo que ustedes han entregado. Pero en este atributo descubren una nueva dimensión, un nuevo mundo, el mundo superior que está basado en el atributo de otorgamiento y por lo tanto no es temporal sino eterno, en constante desarrollo e infinito. Ustedes sienten que están en este mundo eterno.

Si todo terminara ahí, permaneceríamos en este estado eterno y de hecho estaríamos separados de nuestro cuerpo. Después de todo, el cuerpo, que significa nuestro deseo, permanecería totalmente vacío. No nos identificamos con nada más que con el deseo, entonces las personas que sienten un vacío total en este mundo se suicidan, ya que no sienten que exista alguna razón para continuar.

Pero el punto es que esta es sólo una parte muy pequeña del ego en comparación con aquello. El Creador, la fuerza de otorgamiento, quiere que lo alcancemos plenamente a Él, y entonces Él inmediatamente añade nuevo ego de un tipo totalmente diferente. Este ya no es el ego corporal, como en el primer nivel desde el cual debemos elevarnos, sino un ego espiritual llamado una «cáscara». En este ya comenzamos a recibir interrupciones espirituales serias.

En este ego, nosotros comenzamos a sentir el mundo espiritual negativo. Ese es el verdadero mundo egoísta en el cual tendremos que trabajar una vez más, como en el pasado, con los amigos. Pero entre ellos, yo ya entiendo (olvido y después recuerdo otra vez) cómo debo llenarme de acuerdo al principio exacto del primer nivel. Pero ahora mis deseos son mucho más egoístas. Comienzo a verlos más profundamente y a entender mis atributos negativos y positivos más profundamente.

Esto significa que la lucha se vuelve en esencia diferente, pero yo tengo que actuar de acuerdo al mismo principio: transferirme hacia los amigos, sentirme yo mismo dentro de ellos, estar contento dentro de ellos, y escudarme totalmente de las implicaciones de mis buenas obras de cualquier tipo. Debo invertir constantemente en ellos.

La sensación de que ellos son mi alma, la cual he alcanzado en el primer nivel, desaparece una vez más y pienso, «¿Por qué esas personas que son tan distantes de mí, y que me irritan, tienen que ser parte de mi alma?» En el primer nivel, yo simplemente era indiferente a ellos e incluso parecían agradables, pero ahora comienzo a odiarlos. Sus acciones y sus palabras parecen repulsivas; sus palabras parecen una total mentira y sus acciones parecen surgir del orgullo. Todo lo que hacen es una especie de puesta en escena.

En otras palabras, vienen nuevas interrupciones gigantes, muy serias, profundas y reales, las cuales son absolutamente justificadas por mi pensamiento racional. Es mucho más difícil para mí de lo que era en el primer nivel, el cual ahora parece un juego de niños. Entonces simplemente jugábamos juntos y ahora es como si fueran transparentes: veo su deshonestidad, su orgullo, su terrible ego.  A pesar de todo esto tengo que elevarme, es decir encontrar ciertas oportunidades de actuar por su bien, sentir alegría y hacer algo por ellos, por su éxito y sus placeres.

Tengo que ver mi éxito sólo al verlos a ellos satisfechos, ya sea a través de mi o de otros. No importa siquiera quien los llene  siempre y cuando obtengan el llenado. Si en el primer nivel estaba contento de que yo los llenaba y que de alguna manera me las arreglé para conectar esto conmigo, ¡ahora ya no es así! Puedo trabajar a través de otros y así llenar a los amigos de una forma oculta, siempre y cuando ellos se sientan bien. Esto significa que siento más desapego a los resultados de mi trabajo y que eso ya no es tan importante para mí. Lo principal es que ellos disfruten y estén plenos.

Ellos pueden mirarme de manera irrespetuosa, pueden no querer conectarse conmigo, y pensar que soy un egoísta y que no avanzo, pero no me importa, mientras que se sientan bien. Imaginen cuántas interrupciones mutuas hay aquí, con respecto a mí y a ellos. El Creador juega con la persona de una manera asombrosa. Pero si la persona puede cerrar fuertemente sus ojos y no mirar dentro de su ego, en su corazón y mente, y actuar como un ciego, a pesar de todo, ella gana.

Esto es llamado «fe por encima de la razón«, lo cual significa que yo le digo al Creador: «¡Acepto Tu juego! Te ríes de mí, pero acepto las reglas del juego y estoy luchando contra Ti». ¡Resulta que mi oponente es el Creador! O es mi ego, lo cual es lo mismo, dado que «No existe nadie más aparte de Él». Él es el único que juega conmigo y establece esos trucos sucios.

Yo tengo que aferrarme al punto principal que está determinado por aquel en quién yo disfruto: dentro de los demás o dentro de mí mismo. Así, nosotros descubrimos gradualmente al Creador al trabajar con los amigos en el grupo.

(110059 – De la Convención en Krasnoyarsk del 6/16/13, Lección 5)

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