Anhelo el otorgamiento

laitman_246Pregunta: ¿Por qué el Creador da dolor a los justos?, ¿cómo puedo justificarlo?

Respuesta: Es para que los justos lo puedan justificar. ‘Enganchas el carro delante de los caballos’ Sin embargo, la verdad es que el Creador da dolor a los justos para que tengan la oportunidad de bendecirlo y justificarlo. ¿Cómo pueden justificarlo sin el dolor?, ¿con cuál motivo?

Una persona independiente debe ser opuesta al Creador internamente y similar a Él en lo externo. Esto significa que debes estar hecho de dos fuerzas opuestas, dos formas opuestas, dos atributos opuestos.

Está escrito, ‘He creado la inclinación al mal, He creado la Torá como condimento’ Esto se refiere a la Luz en ella, ya que la Luz en ella reforma. La inclinación al mal, la materia del deseo de recibir, sigue siendo de la manera que es, pero debemos vestirla con el fin de otorgar. Por lo tanto, la reformamos con la ayuda de la Luz y la cambiamos a una forma buena y correcta.

Cuando trabajamos de esa manera, primero maldecimos el Creador en cada nivel y estamos en desacuerdo con Él. Por esto el nivel de Ibur (concepción) se llama ‘rabia e ira’ Luego llegamos a bendecir y a justificar al Creador, hasta llegar al auto-sacrificio.

Sin embargo, mi auto-sacrificio, no es resultado del placer como es en nuestro mundo, cuando estoy dispuesto a sacrificarme si voy a obtener alguna ganancia. En ese caso, no me conecto con el Creador, sino con el placer que se deriva de Él y si termina el placer, mi ego no permitirá que me vuelva a conectar. En este mundo, dependemos totalmente del placer, mientras que en la espiritualidad, agregamos otra dimensión, otro nivel y llegamos a la adhesión con el Creador y no, con el placer y beneficio que se derivan de Él.

Ahora, empiezo a valorar mi estado como el que otorga y da. El Creador no me da a mí. No necesito su otorgamiento. No quiero recibirlo. No quiero adherirme a Él por su bondad. No quiero ser adicto a Él. Quiero valorar el atributo de otorgamiento, que no tiene ni forma ni imagen. Eso anhelo.

Como resultado, tengo que estar hecho de dos formas, de una interna que es el deseo de recibir y otra externa que es la intención de otorgar. De lo contrario, no puedo estar adherido a Él, ya que ‘nuestro corazón se regocijará en Él’ y no en las Luces que provienen de Él, que sólo me confunden y sobornan y, a las que me tengo que resistir.

La Luz se miden desde arriba, -o sea, mi ego- me despierta para que me incite y me vuelva adicto al placer que me vuelve loco y domina mi mente y mi corazón. Con el tiempo, me queda sólo un punto que no me atrae a los placeres que vienen de la Luz, en ese momento, puedo mantenerme constantemente fuera del placer, rechazar las ofertas tentadoras. ¡Eso no! ¡No seré adicto al placer!

Las tentaciones hacen que nuestra cabeza de vueltas y que el cuerpo se confunda por la emoción. Aquí es dónde tenemos que preparar la garantía mutua entre nosotros, ya que sin ella, no puedo ser independiente. El placer viene para cubrir la vergüenza y para hacerme independiente. Baal HaSulam habla de ello en Talmud Eser Sefirot, ‘Histaklut Pnimit’, parte 1, punto 7:

“… Dijeron que hay una gran falla en los regalos, es decir, en el dolor que haya cada receptor de un regalo. Para arreglar esto, el Creador ha preparado este mundo, donde hay trabajo y afán, para ser recompensado en el otro mundo por ese trabajo afán.

Pero esa excusa es muy extraña. Es como una persona que le dice a su amigo, ‘trabaja conmigo por un minuto y a cambio, te dará todos los placeres y tesoros del mundo, por el resto de tu vida’. De hecho, no hay mayor regalo que esto, porque la recompensa es incomparable con el trabajo. El trabajo está en este mundo insignificante y transitorio, mientras que la recompensa y el placer están en el mundo eterno.

¿Qué valor tiene un mundo perecedero en comparación con un mundo eterno? Es aún más, con respecto a la calidad del trabajo que no vale nada en comparación con la calidad de la recompensa.

Nuestros sabios dijeron: ‘El Creador está destinado a heredar a cada persona justa 310 mundos …’ No podemos decir qué parte de la recompensa se da a cambio del trabajo y cuánta es un regalo, porque entonces ¿cuál sería el bien? ¡La mancha de la vergüenza seguiría existiendo! De hecho, sus palabras no deben ser tomadas literalmente, pues hay un significado profundo en ellas”.
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De la segunda parte de la lección diaria de Cabalá, El Libro del Zohar 15/feb/14

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