Durante miles de años, miles de personas han estado tratando de salir de esta prisión, de la sensación de un mundo pequeño y estrecho, pero no han tenido éxito en hacerlo. ¡Y eso nunca cambiará! El deseo de recibir nunca se expandirá voluntariamente por fuera de su propio deseo, ni me liberará, de tal manera que yo no se pueda mirar la realidad a través de él y ver el mundo real.
¡Esto no sucederá! Por el contrario, de día en día yo descubriré que mi deseo de recibir ha crecido, pero las oportunidades para descubrir nuevos fenómenos en él se habrán contraído. Y esto me lleva a la sensación de exilio que me obliga a buscar y a encontrar el método de la sabiduría de la Cabalá. La Cabalá explica que la persona no puede ver nada más dentro de su deseo egoísta.
Tengo que concordar con el hecho de que el ego no me permite sentir nada, además de este mundo. Y si quiero algo más allá de esto, entonces tengo que cambiar mi actitud con respecto a mi deseo de recibir. Ahora yo percibo la realidad selectivamente, sólo veo lo que le interesa a mi ego. Pero si quiero ver una imagen más amplia y verdadera, o al menos una imagen más cercana a la verdad, entonces depende de mí el elevarme por encima del deseo de recibir e ir más allá de mi deseo egoísta.
Por ejemplo, yo puedo salir de mi deseo de recibir y pasar al deseo de un amigo o varios amigos. A través de esto, yo ya expando mi percepción y siento el mundo que existe por fuera de mí. Tengo que conectarme con el deseo de un amigo. Si soy capaz de sentir la realidad a su manera, entonces ya será completamente diferente en comparación a lo que siento dentro de mi ego. Esta es la forma en que despertaré de este sueño y me elevaré por encima de mí. Al menos seré capaz de salir de mi caja, afuera de mi prisión.
La regla general, «Ama a tu prójimo como a ti mismo» se deriva de esto. Esta es la forma práctica que nos permite a salir de nuestro pequeño capullo, el cual aparece ante nosotros como este mundo a través del prisma de un interés propio, elevarnos por encima de nosotros mismo, y encontrar un punto de vista diferente.
Sin embargo, para que mi mente sea verdaderamente independiente de mi deseo de recibir, yo no debería salir sólo hacia un amigo o varios amigos, más bien depende de mí el conectarme con una multitud de otros deseos de recibir individuales. Sólo a través de ellos, cada vez desde otra perspectiva, veré la verdadera realidad.
Al final, todos los puntos de vista, las perspectivas individuales se conectarán en un punto de vista colectivo, en una observación amplia. Esta observación se expandirá indefinidamente hasta que yo esté completamente libre de mi deseo de recibir, y a través de los deseos de otros, adquiera la libertad. Mi percepción de la realidad no puede no estar sujeta a ninguna condición y ser absolutamente objetiva.
Una cosa maravillosa es que la verdadera percepción aun así la siento dentro de mi deseo de recibir, pero yo he creado gafas que corrijan todos los defectos, que los neutralicen, y que hagan posible que yo vea y sienta la realidad superior.
Por eso decimos que el trabajo espiritual se refleja en la necesidad de «ama a tu prójimo», «elevarnos a la altura del Creador«, y así sucesivamente. Porque «La Torá habla en el lenguaje humano» (Mishná), es decir, aquello para lo que estamos preparados para entender y sentir. Sin embargo, de hecho, esto está hablando de un cambio en la percepción de la realidad.
Pero tenemos que llevar a cabo actividades sencillas y ejercicios a fin de lograr este cambio de percepción: bien a través de nuestro deseo egoísta primitivo, o a través del deseo de recibir, que está dirigido hacia el otorgamiento. Al final, yo alcanzo un estado en el que mis esfuerzos por cambiar mi percepción se transforman en placer, porque siento que ya estoy cerca de la libertad.
(119016)
De la preparación para la lección diaria de Cabalá del 10/24/13
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