Bájate al egoísmo puro

Pregunta: Mientras avanzamos, descubrimos los pequeños, los miserables «yo», los personajes despreciablemente bajos que hay dentro de nosotros mismos. ¿Cómo reconocerlos? ¿Y cómo emerge el otro «yo»?

Respuesta: Yo descubro un personaje tan bajo, tan indigno dentro, sólo en relación con el Creador. En cuanto a todo lo demás, mi personaje no importa.

¿Qué revela el mal dentro de nosotros? Supongamos que me encanta comer. ¿Es malo, es egoísmo? ¡No, no lo es! Me encanta ir de fiesta. ¿Es bueno o malo? ¿Es egoísmo? ¡No, no lo es! El egoísmo emerge donde debo unirme con los demás con el fin de revelar al Creador, en tanto que no quiero hacerlo. El egoísmo es el rechazo de los amigos del grupo. Por lo tanto, revelarlo no es una cosa fácil de lograr, uno necesita sudar para llegar a eso.

¡Esto es exactamente con lo que tropezamos! Lo que nos da placer que no está conectado con este tipo de egoísmo, no es perjudicial. Pero tan pronto como un problema con el egoísmo, en el cual necesitamos trabajar, se eleva dentro de un grupo, es allí donde este se detiene y se queda atascado. Este es el tipo de característica que debe ser corregida.

Nada más necesita ser arreglado. Puedes mantenerte de fiesta, coMmer dos o tres porciones durante la cena, dormir diez horas al día. No importa. Lo que importa es sólo tu relación con los amigos. Tal es la manera específica y selectiva para filtrar mi naturaleza:

 

  • Lo qué me conecta con el grupo necesita ser corregido.
  • Lo qué hay fuera de las relaciones dentro del grupo y entre los grupos sólo se refiere a mí mismo. Una persona necesita dormir diez horas, otro tiene que comer cinco veces al día, y así sucesivamente. No importa.

Así, el egoísmo puede estar sólo entre los amigos. Puede mostrar todas sus facetas sólo allí. Esta es la única cosa a la cual hay que prestarle atención. Los amigos también pueden ser evaluados sólo por la forma en que trabajan entre nosotros. Pero hasta que una persona desarrolle esta conciencia, comprensión, y la escuche y la acepte, pueden pasar años. Él puede oír hablar de eso, pero todavía no se ajusta internamente, a verlo, o a percibir esto.

(33202 – De la Lección 2 en Moscú del 16 de Enero del 2011, «La oración de muchos»)

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