Crecer es cambiar

Pregunta: ¿Cómo podemos acelerar la velocidad de desarrollo del grupo?

Respuesta: Un huevo, por ejemplo, no se romperá antes de tiempo. Se relaciona a la naturaleza animada y obedece estrictas leyes de desarrollo. Con el tiempo, la gente ha observado a la gallina y aprendió como simular las condiciones óptimas en una incubadora. En contraste, no solo deberíamos tomar ejemplo de la naturaleza, también podemos emplear fuerzas naturales y acelerar nuestro propio crecimiento, modificando su cualidad. En otras palabras, todo depende de cómo lo percibimos.

En realidad, nuestra evolución no está limitada con un camino trillado. No es sólo que yo mejoro mis propiedades unas cuantas veces. No es suficiente. Tengo que cambiarme a mí mismo, transformarme en lo opuesto.

De ahí, necesito fuerzas auxiliares que en primer lugar y lo más importante, me permitirá darme cuenta de estas transformaciones. Si no deberíamos reformarnos a nosotros mismos en el proceso del crecimiento espiritual, ¿a quién le importaría? ¿Quién no quiere crecer? Aun un huevo quiere convertirse en un patito y un patito quiere convertirse en un pato. Eso es una ley. 

Sin embargo, si nos movemos de la propiedad de recepción a la propiedad de otorgamiento, entonces el recibir no me ayudara a alcanzar el otorgamiento; solo formara una actitud negativa dentro de mí para conmigo. En este caso, sentiré mal en recibir, empezare a odiarlo, y desearé transformarlo en su opuesto.

Resulta que para poder evolucionar, tengo que construir un ambiente por mí mismo. Tengo que crear condiciones que me asistan en estar constantemente consciente de mi actual estado interno como dañino para mí para que de esta manera pueda salir de esto y pueda cambiar.

Mi desarrollo no es que yo solamente crezco, sino que también me transformo. No necesito hacerme grande de ser pequeño. En cambio, debo volverme similar al Creador, adquirir una forma opuesta de mi mismo. Así es como aprendo del Creador para tener cualidades que deben ser mías. Entonces, arreglo el entorno que me ayudará a ver estas cualidades como deseables, mientras observe mis atributos actuales como indeseables, malos y dañinos. Actuando de este modo, yo creo una “invernadero” que me elevara correctamente.

De este modo, yo estoy trabajando con dos formas opuestas de la naturaleza: la naturaleza de recibir lo que caracteriza este mundo y la naturaleza de otorgar, la fuerza de la Luz que caracteriza el futuro del mundo. Formo un ambiente que me ayudará a reemplazar mis valores y a darme cuenta que mis valores actuales son malos comparados con los espirituales que adquiriré mañana. Esta es la única forma en la que puedo avanzar.

Lo que es necesario es no solo “calentar” la condición actual. Necesito pararme constantemente frente a mí en comparación con las cualidades de hoy y de mañana, lo cual me muestra la dirección que necesito tomar para cambiar y mejorar la importancia de estos cambios. Entonces querré ser “grande” no en recibir, si no en otorgar. Sabiendo que mi estado actual en malo y dañino, yo seré feliz de dejarlo atrás.

 En resumen, tienes que organizar todas las condiciones necesarias por ti mismo. Tenemos que trabajar no en nosotros mismos, si no en el entorno, en el “invernadero”, la “incubadora” y esto acelerará nuestro crecimiento. Entonces, alcanzaremos un estado deseado no al final del tiempo asignado de 6,000 años, teniendo que ir por medio del sufrimiento bajo la mano de la Naturaleza, sino llegar antes de forma amable, fácil, placentera y en el tiempo más corto.

(36461 – De la 2º parte de la lección diaria de Cabalá del 27 de Febrero 2011, «Introducción del Libro del Zohar»)

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