El tema de la lección es «Cómo alcanzamos el amor del Creador a partir del amor de los amigos». Nuestra meta principal y, de hecho la única, es alcanzar el amor del Creador, el cual es el atributo de otorgamiento. Todas las demás metas son sólo la base para el alcance y comprensión de la meta única.
«Amar al atributo de otorgamiento» significa estar constantemente en este atributo, desear y anhelar este amor. Entonces, ¿cómo es posible que anhelar el atributo de otorgamiento y amor de la misma manera en la que actualmente somos atraídos inconsciente e instintivamente a recibir, a sentir el llenado dentro de nosotros?
Yo siento constantemente que me falta algo. Elijo automáticamente la posición óptima, la más cómoda; de entre todas las condiciones posibles, elijo recibir el máximo placer en la vida que minimice el esfuerzo. Así es como estamos programados, y así trabaja constantemente nuestro cuerpo y cada célula de nuestro cuerpo de acuerdo a este principio. Entonces, ¿cómo podemos alcanzar la misma situación, pero en su forma opuesta, cómo recibir placer del atributo de otorgamiento y elegir automáticamente hacer nuestro mejor esfuerzo y darle contento a Él todo el tiempo?
Esto es posible sólo si yo amo mucho a alguien. Entonces me enfoco constantemente sólo en darle tanto como sea posible. Esto es igual que una madre que sostiene a su bebé y sólo piensa cómo puede darle más, revisando constantemente qué necesita él. Podemos observar cómo una madre mira constantemente a su hijo, y todos sus pensamientos se centran únicamente en él. Esta es la actitud que nosotros debemos tener con respecto al atributo de otorgamiento, al amor general.
Sin importar cuanto trate de convencerme de que las personas que hay a mi alrededor son mi yo, hay partes de mi alma, a quienes me representan intencionalmente como «criaturas» extranjeras, a las que no percibo como algo que necesito y que me pertenece. El atributo de otorgamiento lo percibo como un concepto abstracto y confuso. La sabiduría de la Cabalá nos dice que el atributo de otorgamiento no tiene forma, que yo no lo siento en sí mismo, sino que se revela sólo con respecto a otra persona.
¡Nosotros somos los portadores de este atributo! Entonces, ¿cómo podemos expresarlo; cómo sentir que disfrutamos otorgándoles a los demás y que no hay ningún otro placer para nosotros?
Si yo sintiera placer cada vez que le otorgo al otro, sería mucho más fácil otorgar, entonces sería otorgar a fin de recibir, es decir que el ego está disfrazado, recibiendo de forma oculta, y nada me permitiría salir de mí mismo. Las personas otorgan mucho en su vida con el fin de recibir placer. Nosotros nos ganamos la vida constantemente con el fin de intercambiar el fruto de nuestros esfuerzos por placer y por diferentes llenados y comodidades.
Pero, ¿cómo puedo yo superar eso y otorgar con el fin de otorgar, para que la acción real también ocurra en el otro y el placer lo sientan los demás y no yo, mi ego, ni mis deseos, como si hubiera entrado en el otro? ¿Es eso posible? ¡No es imposible! Nosotros no podemos alcanzar esto por medio de nuestra naturaleza, y para hacerlo, necesitamos la intervención y la colaboración del atributo superior de otorgamiento que es externo a nosotros y que está separado de nuestro ego.
La fuerza superior llamada Creador debe ayudarme a desprenderme de mí y a empezar a sentir las acciones, el resultado y también el llenado del resultado, que es todo lo externo a mí. Yo sólo me quedo con mis Reshimot (genes espirituales), con el punto en el corazón. Mi ego ya no será llenado y se mantendrá vacío. Sólo opera en él la ley de la «primera restricción», según la cual los deseos egoístas no pueden ser llenados.
Esto significa que yo tengo que renunciar completamente al deseo de sentir placer dentro de mí y pasar a la sensación de placer en los demás, voltearlo hacia mí. Yo no quiero debilitarlos, pero la persona suele atemorizarse cuando de repente entiende cuán alejado está esto de nuestra realidad egoísta.
(110067 – Del día tres, Convención en Krasnoyarsk del 6/16/13, Lección 5)
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