El complicado camino del alcance de la simplicidad divina

Pregunta: Si todo en nuestro mundo se origina en las raíces superiores, ¿de dónde vienen todo tipo de objetos inventados artificialmente, aquellos que no existen en la naturaleza, tales como un vehículo sobre ruedas, por ejemplo?

Respuesta: Toda la naturaleza es una imagen que aparece en mí, y todo esto desciende a mí desde Arriba. En el mundo espiritual, no hay automóviles, pero existe la noción misma, de lo contrario, ¿cómo podríamos completarla?

En su forma evidente, las raíces del mundo superior se nos manifiestan como cuatro niveles de la naturaleza: inanimado, vegetativo, animado, y hablante. Y el resto desciende hasta nosotros en forma de pensamiento. Todos nuestros inventos artificiales (tales como los misiles y los automóviles) tienen su raíz en el pensamiento superior y no son el resultado de nuestra observación de la naturaleza. No se expanden de manera directa, obligatoria desde Arriba hacia abajo, sino que son inventados por el hombre quien se completa a sí mismo con todas aquellas cosas de las cuales carece en este mundo.

Los cuatro estados de la Luz Directa se expanden desde arriba hacia abajo, desde el mundo del Infinito a este mundo corpóreo, trayendo progresivamente los mundos, los Partzufím, las Sefirót, y sus múltiples combinaciones. Y en cada grado, todo lo que está presente en el inferior, todas sus formas, vienen desde el superior, aunque creemos que en el nivel inferior puede haber formas más desarrolladas porque su carencia de perfección requiere encontrar mayor diversidad y combinaciones de la materia.

Arriba, en el mundo del Infinito, todo se funde en una totalidad, en la unidad integral. Cuán simple es en comparación con nuestro complejo mundo. Pero en esencia, este mundo nuestro no es el más rico, sino que debe dividirse simplemente en tan grande número de integrantes.

Abajo, hay miles de millones de elementos de la naturaleza: minerales, plantas, animales y el hombre, y en cada uno de ellos, hay innumerable multitud de detalles. Pero a medida que ascendemos los peldaños de los mundos, vemos cada vez menos.

Después de todo, para descifrar el concepto de unidad que existe Arriba, en el Infinito, necesitamos innumerables elementos que, cuando se juntan correctamente, puede recrear esta totalidad en nuestro mundo. Y es natural que exista una enorme diferencia entre los grados superiores e inferiores, según la medida en la cual el inferior es más material y, en consecuencia, requiere más detalles.

Además, no hay nada en la inferior que no exista en el superior. Simplemente, los detalles individuales que se revelan en el inferior se vinculan como uno en el superior y, por tanto, son percibidos por ti como un todo. Pero, en realidad, no es una totalidad. Al igual que en el mundo del Infinito, todo se fusiona en uno en cuanto a su objetivo de otorgar, y no vemos ninguna división. Sin embargo, esto no significa que todas estas definiciones no existan.

En el mundo del Infinito, hay un sinnúmero de elementos, pero todos ellos están ligados en un todo, y por lo tanto, es llamado simple, Luz infinita que llena toda la creación. Pero en realidad, no es una «simple» Luz de Néfesh, sino más bien NaRaNJáI de NaRaNJáI (Néfesh, Rúaj, Neshamá, Jaiá, Iejidá), que es «620 veces» mayor a aquello que es sólo percibido como simple.

El grado inferior sólo llega a conocerse a sí mismo de una forma tan «compleja». Creamos muchas cosas diferentes en esto sólo por nuestra debilidad, puesto que de otro modo somos incapaces de alcanzar el superior. Y cuando alcanzamos el más alto grado, no necesitamos por más tiempo todos estos suplementos.

Toda la abundancia de detalles que tengo en mi grado inferior, tiene su raíz en lo que añadí para completar mi relación con el grado más alto. Pero desde arriba hacia abajo, son los mismos elementos que siguen descendiendo hacia mí.

El mismo mundo del Infinito está presente en nuestro mundo. Y toda la variedad de detalles que agrego o revelo en la naturaleza se derivan del hecho de que soy incapaz de percibir este «simple» mundo del Infinito. Todo a mi alrededor es considerado como el mundo imaginario. Todos los mundos son simplemente «ocultamientos que desaparecen» del mundo del Infinito, donde no hay nada además de deseo (el deseo de recibir) llenado con la simple Luz.

(34741 – De la 4º parte de la lección diaria de Cabalá del 02/07/2011, «La Esencia de la Sabiduría de la Cabalá»)

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