El éxito material no es garantía del éxito espiritual

Dr. Michael LaitmanRabash, «Con respecto a por encima de la razón»: Resulta que la persona tiene cualidades que sus padres le concedieron a sus hijos, y ella tiene cualidades que adquirió de la sociedad, las cuales son una nueva posesión. Y esto viene a ella sólo al vincularse con la sociedad y la envidia que siente hacia los amigos, cuando ve que ellos tienen mejores cualidades que las suyas. Esto la motiva a adquirir sus buenas cualidades, que ella no tiene y de las cuales siente celos.

Así, a través de la sociedad, ella gana nuevas cualidades que adopta al ver que están en un grado más elevado que el suyo, y siente envidia de ellos. Esta es la razón por la que ahora puede ser más grande que cuando no tenía una sociedad, dado que ella adquiere nuevos poderes a través de la sociedad».

La persona nace como un pequeño animal, y lo que es cuando crece, depende de la formación. Si estamos hablando acerca de una formación ordinaria, terrenal, entonces la persona se desarrolla debido a la sociedad. Ella envidia a otros y anhela placer, dinero, poder, fama, y conocimiento, y es por eso que aprende de la sociedad cómo puede lograr esas metas, es decir, éxito en este mundo. Si ella tiene prerrequisitos para el desarrollo espiritual, ella se encuentra en el entorno que puede inculcar nuevas propiedades espirituales en ella.

En la sociedad material, la persona se desarrolla naturalmente, al adoptar instintivamente los valores de la sociedad y buscar aprender de ella cómo alcanzar el éxito terrenal. Pero la formación espiritual es diferente porque requiere que la persona se cancele a sí misma, es decir, le da la libertad de elección: adoptar los valores espirituales del entorno o no.

Sólo en la medida de esta auto anulación, la persona será capaz de ver a la sociedad como si fuera más elevada que ella misma. Ella tendrá que aplicar mucho esfuerzo para observar desde abajo hacia arriba a la sociedad, y entonces será capaz de recibir los valores de la sociedad, la importancia y grandeza de la meta, y así avanzar espiritualmente.

El éxito espiritual depende no sólo del entorno, sino también de cómo lo use la persona, es decir, cuánto se anula ella y aprecia la sociedad, si está de acuerdo en sufrir, viendo a los otros como más elevados que ella. La envidia fuerza a la persona a ser humillada, pero necesita entender que es por su propio beneficio el hecho de ver a otros como grandes. Si ella es capaz de tomar esa actitud, entonces avanzará. Al final, la persona tiene que disfrutar al poder estar en contra de su egoísmo y aplastarlo con el fin de alcanzar los valores espirituales y acercarse a la meta espiritual.

Es por eso que el avance en la sociedad material es completamente opuesto al avance espiritual. Y el éxito en el mundo material no garantiza que la persona sea capaz de tener éxito en la espiritualidad, porque éste está determinado por la libre elección de la persona misma.

(108940 – De la preparación para la lección diaria de Cabalá del 2 de Junio del 2013)
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