En una isla desierta y en Manhattan

Dr. Michael LaitmanPregunta: Nosotros decimos que queremos corregir a la persona. ¿Qué parte dentro de nosotros llamamos ser humano?

Respuesta: Si separamos las tres necesidades físicas principales del hombre que están relacionadas con el cuerpo físico (animal), comida, sexo, y familia, entonces el llenado de estos deseos es la satisfacción de las necesidades animales normales. El siguiente nivel de deseos, es decir riqueza, poder, fama y conocimiento, pertenece a las aspiraciones humanas, y hay que llenarlas sólo de acuerdo al entorno social que lo rodea.

Ustedes pueden satisfacer sus deseos animales en la familia, independientemente de donde vivan: en una granja, en un pequeño pueblo o en una isla deshabitada. Tienen una familia, una esposa e hijos, tienen suficiente comida y viven en paz. Si sus deseos van más allá de alimento, casa y familia, entonces no puede vivir en una isla desierta. Ustedes quieren estar en Manhattan porque sólo allí tienen la oportunidad de hacer realidad su aspiración por la riqueza, el poder, la fama y el conocimiento.

Pregunta: Sin embargo, ¿qué tendría de malo si yo fuera un médico famoso y ganara cien veces más que otros?

Respuesta: Si estás en tu estado animal en una isla separada, en equilibrio con el medio ambiente y consumes todo lo que necesitas; no dañas la naturaleza. Tú comes y reproduces, y todo está bien.

Sin embargo, en Manhattan, con deseos de riqueza, poder y conocimiento, también debes estar en equilibrio con la naturaleza material que te rodea. Te encuentras en una nueva «jungla», pero ¿estás en equilibrio con ella? Surge la pregunta: ¿Qué significa el «balance» en la sociedad actual, no en un lugar en una isla o en un pueblo, sino en Manhattan?

Esto significa que tú das, tanto como recibes. Esta es la ley básica de la naturaleza, la ley del equilibrio.

Esta ley también se aplica a nuestros cuerpos. Todo lo que existe: naturaleza inanimada, vegetativa y animada aspiran al equilibrio. Y si el balance desaparece de repente, esta es una condición temporal, una enfermedad, como en nuestro cuerpo, cuando hay una diferencia entre los diversos parámetros internos.

La pregunta es si todo ello se establece correctamente. Si tenemos en cuenta nuestro sistema interno natural, entonces podemos medir la salud de la sociedad de la misma forma que la salud del cuerpo. De acuerdo a este sistema, tú puedes aprender cómo debemos comportarnos en el entorno, es decir, con nuestra propia especie.

El hecho es que los lobos, los osos o los tigres no destruyen el medio ambiente. Ellos toman todo lo que necesitan para comer y nada más. Al estar en desequilibrio con la naturaleza, la destruimos y así nos destruimos a nosotros mismos.

Imagina si un oso sano matara con sus patas a todos los conejos. ¿Qué haría mañana? Él se mataría de hambre a sí mismo. Por lo tanto, la naturaleza crea instintivamente en los animales un reflejo de protección, y un oso bien alimentado no quiere nada más. Él puede jugar con estos otros conejos.

El instinto de cazador se despierta en él sólo con la sensación de hambre. El oso no es un enemigo para alguien a quien él mata; él no lo hacen para dominar a los demás. No anhela el poder, como se muestra generalmente en los dibujos animados. ¡Eso es absolutamente falso! El oso ve a los otros animales como fuente de su energía y nada más.

Sin embargo, el ser humano ve en la otra persona un objeto al que puede dominar. Cuanto más lo humille, en esa medida yo me siento mejor. Estoy dispuesto a someter al mundo entero y quiero eso. Yo quiero saber más que todos los demás, tener más influencia que cualquier otra persona para que todos se inclinen ante mí, para ser el más rico. Quiero que mi «yo» exista. Todo el resto son sólo pequeños insectos que se arrastran a mi alrededor.

Por supuesto, la persona no puede ser culpada por esto porque la naturaleza desarrolla todos estos deseos dentro de nosotros. ¿Con qué propósito los desarrolla?

Incluso si no sabemos por qué, entonces, al menos tenemos que entender la causa de todo nuestro sufrimiento. Solo yace en el hecho de que tenemos que alcanzar un equilibrio con los demás. Cualquier estado de desequilibrio provoca grandes problemas, y nos lleva a la destrucción.

(105698 – Del Kab.TV «La medicina del futuro» del 7 de Abril del 2013)
Material Relacionado:

El equilibrio lo curará todo
La naturaleza no tolera el desequilibrio
¿Quién es el humano que está dentro de nosotros?

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *