La humilde grandeza de la espiritualidad

thumbs_laitman_938_05Pregunta: Muchas veces alguien pareció ser un gran hombre, pero mientras me acerqué a él y llegué a conocerlo, descubrí que no había nada allí. ¿Cuándo terminarán las decepciones y cuándo descubriremos realmente la grandeza?

Respuesta: La grandeza sólo se descubre en el Creador. Nosotros tenemos que trabajar de una manera opuesta hacia el grupo, el maestro y el Creador; tenemos que construir su grandeza por nosotros mismos. Mientras más se acerquen a ellos, les parecerán más pequeños, humildes y bajos. Ellos no les permitirán aferrarse a ellos ni apreciarlos.

Se nos dice, «Donde encuentras Su grandeza, es donde encuentras Su modestia». Es muy duro aferrarse a la sensación de grandeza en la espiritualidad.

Por lo tanto, las religiones usan atributos externos con el fin de elevar la importancia, y cada rabino o sacerdote se presenta a sí mismo como grande e importante ante las personas. Esto es necesario con el fin de atraer a las personas, puesto que ellas se impresionan de la apariencia externa. En la sabiduría de la Cabalá, sin embargo, es lo opuesto; aquí todo es determinado por la interioridad. Entonces a veces el estudio, el grupo, los amigos y el maestro se presentan a sí mismos como si no fueran especiales de ninguna manera. Entonces la persona tiene que superar por sí misma el irrespeto y tratar de elevar la importancia de ellos a un nivel más interno.

Incluso nosotros no actuamos como el gran grupo de Kotzk, quienes a propósito se mostraban entre ellos aturdimiento e irrespeto por la espiritualidad con el fin de permitir más trabajo.

Nosotros tenemos que trabajar en la grandeza del amigo, del maestro y del Creador, incluso cada vez que sentimos que ellos son pequeños. Entonces tenemos que valorar mucho estos momentos, así como en los talleres cuando tenemos la oportunidad de ser impresionados al vernos a nosotros mismos como los más grandes de todos.

El hecho de que me valore yo mismo más que a los otros es instintivo. De pronto descubro que los amigos son más grandes que yo, y esto me sacude de algún modo. Primero esto sólo me sacude de forma egoísta, pero entonces empiezo a valorarlos y a envidiarlos, entonces uno aquello a la meta y lo uso con el fin de avanzar.

(96991 – De la 1° parte de la lección diaria de Cabalá del 12/31/12, «Introducción al Estudio de las Diez Sefirot»)

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