Para transformarnos totalmente y llegar al siguiente nivel, la humanidad debe revelar un mal terrible: cuando literalmente se devoren entre sí, los niños y los padres se odiarán. Todos vivirán en una casa entre enemigos, entre enemigos ardientes. Llegaremos a ese estado que nos obligará a buscar una salida, una salida real, es decir, elevarnos por encima de nuestra naturaleza y no solo adornarla.
La naturaleza nos obligará a lidiar no con pequeñas compensaciones y mejoras, sino a llegar a una crisis total en la que no podremos hacer nada ni educación ni crianza, con relaciones sociales y familias rotas, drogas, depresión, tecnología o asuntos financieros.
La crisis cubrirá todo lo que hace el hombre. Y en cuanto a la naturaleza circundante, habrá crisis ecológica. Cuando empiece a presionarnos desde fuera y desde dentro, de todos lados, nos sentiremos obligados a hacer algo.
Solo así entenderemos que hay una salida al mundo exterior: un pequeño agujero en la esfera en la que vivimos. Esa salida es cambiar nuestra naturaleza egoísta.
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