No hay lugar vacío en la naturaleza

Toda la diferencia en sentir o no al Creador, está determinada por nuestro aprecio hacia Él. A diferencia del mundo corporal, en el mundo espiritual no hay distancia. Mientras más importante es el Creador para mí, más cerca a mí está. Si no Lo respeto y no quiero acercarme a Él en mis cualidades, no Lo veo. 

Para acercar al más elevado a mí o acercarme a Él, necesito cambiar mis cualidades de acuerdo a Sus cualidades y comenzar a apreciarlo. 

¿Pero cómo puedo apreciar la grandeza del Creador si no puedo verlo? En la naturaleza, hay muchas fuerzas ocultas que no percibimos con nuestros sentidos, sino sólo con dispositivos. La ciencia moderna funciona así, para revelar fenómenos invisibles a simple vista. Sólo pueden ser revelados con ayuda de dispositivos especiales o cálculos complejos. 

Si descubriéramos el mundo sólo con nuestros sentidos naturales -vista, oído, olfato, gusto y tacto- aún seríamos animales. El grado humano es especial porque podemos descubrir fenómenos en la naturaleza que no se revelan con nuestros cinco sentidos. 

Así descubrimos las ondas de radio, la fuerza gravitacional, la atracción magnética y los fenómenos celestiales del universo. Todo por encima de los órganos sensoriales. 

El Creador es una fuerza que incluye todos los fenómenos, el mundo entero está localizado dentro de Él. Nosotros también estamos dentro de Él. Cuando decimos que el Creador está lejos y nos acercamos a Él, esa distancia es sólo en relación al alcance de Él no en el sentido de distancia. El Creador podría sentirse lejos o cerca de nuestro alcance, pero todos estamos dentro de Él. 

El Creador es el lugar del mundo, el mundo entero existe dentro de Él. Por lo tanto, sólo necesitamos desarrollar nuestros sentidos para sentir que ese lugar, esa realidad en la que existimos, es el Creador. 

Así descubriremos que no hay ningún lugar vacío en el mundo. El aire alrededor de nosotros y el vacío cósmico más allá de la Tierra, entre las estrellas no es realmente vacío sino un campo continuo de deseo que llena todo el espacio, opera en todo y llena todo. Todo esto es el Creador. 

Nosotros, que somos físicamente débiles y limitados, podemos despertar al Creador y pedirle que revele esos sentidos en nosotros, que nos hagan iguales a Él, para que al adherirnos a Él, nosotros también llenemos la realidad con nuestro deseo. Pues, queremos acercarnos al deseo del Creador -el deseo de otorgar. Así nuestro trabajo será llenar el universo con nosotros mismos y estaremos en adhesión con la realidad en sí, que es el Creador. 

Este es un prospecto asombroso y vale la pena recordarlo cuando somos abrumados por cálculos pequeños, egoístas.
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De la lección diaria de Cabalá 2/may/21, “Correr tras  la Shejiná

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