Nosotros no podemos entender ni medir al Creador

Dr. Michael LaitmanSe nos dice en El Zóhar: «No hay nadie como tú entre todos los sabios de las naciones del mundo». Esto nos habla de los discernimientos internos de la persona. El Cohen (sacerdote), los Levitas e Israel son llamados judíos, dado que se sienten atraídos por la unidad (las cuales tiene la misma raíz en hebreo). Los científicos o filósofos tienen el deseo humano de alcanzar lo mismo, pero esto es puramente teórico sin ninguna aspiración por el cambio y la corrección de sí mismos.

Este trabajo es sólo en la mente y no en el corazón. Pero tenemos que corregir el corazón, es decir los deseos de la persona. Los filósofos, por su parte, quieren hacer lo mismo, pero en su mente, y por lo tanto se confunden y se dedican a la «idolatría», creando todo tipo de fantasías en su mente.

Todas las propiedades excepto Israel (aquellos que tienen se dirigen Yashar El, directo al Creador) son llamadas las naciones del mundo, ya que no se sienten atraídas por la adhesión con el Creador a fin de deleitarlo a Él. Las naciones del mundo están divididas en setenta naciones e Israel está dividido en 12 tribus y muchas otras partes, es decir que la división es infinita. Al mismo tiempo, cada uno de nosotros está incorporado en todos los demás. Esto sucede como resultado de la ruptura de las vasijas, como una preparación para nosotros.

Entonces, cuando leemos en El Libro del Zóhar sobre algún filósofo o un justo, tenemos que considerarlos con respecto a las propiedades que hay dentro de nosotros. Toda la Torá está escrita con respecto a la persona, quien incluye al mundo entero dentro de ella. La pregunta es si esa persona ha sido creada como alguien que puede alcanzar al Creador por medio de las vasijas internas que se le dieron: a su deseo de recibir y a la sabiduría de la mente.

¡Por supuesto que no! La expansión de nuestras vasijas por medio de las cuales alcanzamos al Creador y no lo que filosofamos acerca de Él, como lo hacen los sabios de las naciones del mundo, la hace solo la fuerza superior que nos proporciona un Masaj (pantalla) y la Luz Retornante. Esta es una expansión totalmente diferente de las vasijas en comparación con aquellas que podemos expandir por medio de la sabiduría.

Si la persona estudia algo de manera lógica, ella adquiere sabiduría, una mente y un conocimiento general. Pero sus vasijas de percepción para lograr el sistema Divino, el sistema operativo superior, no se expanden con esto. Ella no aprende sobre las fuerzas que la operan; no estudia al Creador. Después de todo, el Creador puede ser comprendido sólo a través de la adquisición de Sus atributos. Si la persona no cambia sus propiedades, entonces todavía es ella quien recibe bajo el dominio de su deseo de recibir y de la mente que sirve al deseo de recibir, al tratar de llenarlo.

Así es como operamos en este mundo y no hay nada que podamos hacer al respecto. A menos que nosotros recibamos ayuda de arriba que expanda nuestras vasijas de percepción y nos ofrezca nuevas vasijas de otorgamiento, no alcanzaremos al Creador. No tendremos ni idea de lo que es la Deidad o el mundo espiritual.
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De la 2º parte de la Lección diaria de Cabalá del 8/18/13, El Libro del Zóhar, Introducción

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