Siete años de hambre

Dr. Michael LaitmanBaal HaSulam, «Introducción al Estudio de las Diez Sefirot«: … Una vez yo interpreté el dicho de nuestros sabios: «Aquel cuya Torá es su ocupación». La medida de su fe se hace evidente en la práctica de la Torá, porque las letras de la palabra, Umanuto (su ocupación), son las mismas (en hebreo) que las letras de la palabra Emunato (su fe).

Es como una persona que confía en su amigo y le presta dinero. Él puede confiar en él con respecto a una libra, y si le pide dos libras él se niegan a prestarle. También puede confiar en él en cuanto a cien libras, pero no más. Además, podría confiar en él lo suficiente como para prestarle la mitad de sus propiedades, pero no todas sus propiedades. Por último, puede confiar en él con todas sus propiedades sin traza alguna de miedo. A esta última forma de fe se la considera «fe completa», y a las formas anteriores se las considera «fe incompleta». Más bien se trata de fe parcial, según sea ésta más o menos.

En el pasaje anterior, el dinero sólo se utilizó como un ejemplo. De hecho, nos habla de nuestra disposición a rechazar todo lo que tenemos en beneficio de nuestros amigos. A esto es a lo que Baal HaSulam llama fe completa.

Pregunta: ¿Qué significa rechazar todo lo que tengo?

Respuesta: Es un asunto de sensación. En beneficio de su amigo, ustedes están dispuestos a renunciar a lo más preciado, a la oportunidad de salir a la espiritualidad. Si ustedes no están listos para eso, no están trabajando en aras del Creador. En tal caso, ustedes no tienen fe, y por consiguiente, están separados de la espiritualidad.

Pregunta: ¿Por qué se le llama fe?

Respuesta: En este contexto, fe significa otorgamiento, el poder de auto anulación, la renuncia a sí mismo. Sin embargo, ustedes no deberían siquiera tratar de seguir esta condición por sí mismos. El poder del otorgamiento descenderá a ustedes con la ayuda de la Luz que Reforma bajo la condición de que la pidan. Por eso, deben aplicar esfuerzos y ser parte del grupo. Entonces, debido a los celos, pasiones, ambiciones, verán que sus amigos ya han alcanzado los estados más elevados y ustedes quieren ser como ellos. Si no, entonces de cualquier manera la aflicción los empujará en esa dirección y aun así sentirán el deseo de hacer la transición de la recepción al otorgamiento.

Por todo el mundo, nosotros observamos oleadas de crisis que «resumen» un giro del desarrollo actual. ¿Qué fue exactamente lo que esto nos trajo? Por un lado, la vida de innumerable cantidad de personas se volvió mucho mejor. Ellas ya no son tan pobres como aquellas que solía no tener nada en absoluto, sino solo sus vidas.

Desde hace mucho tiempo la gente creía en el capitalismo. En otras palabras, ellos confiaban que su motivación egoísta les permitiría alcanzar el éxito. En serio, ¿por qué no habrían de mejorar su vida? Por supuesto, en su camino hacia el éxito, tenían que permanecer dentro de los marcos rígidos de la ley, dentro de los límites legales concretos, en vez de hacer un ambiente de permisividad y derramamiento de sangre totales. ¡Cada uno tiene la libertad para hacer lo que quiera! ¿Quieres disfrutar de la producción industrial, del comercio, de la banca, de las tecnologías, etc.? Ve por eso y lógralo. Como resultado de esta actitud, la gente comenzó a perseguir el éxito y a aplicar enormes esfuerzos en este camino.

Por otra parte, obtuvieron libertad financiera, se volvieron más educados, acumularon propiedades personales, comenzaron a viajar por todo el mundo, y se acostumbraron a la abundancia total. En este punto, se hicieron muy vulnerable a los golpes del destino, a diferencia de cuando solían ser pobres.

Esto explica por qué los «siete años de hambre» sólo ocurren después de «siete años de abundancia». En algún momento en el tiempo, los judíos tenían una gran vida bajo el gobierno de un generoso rey egipcio que les proporcionó las mejores condiciones posibles en la vida. El Faraón era un «presidente», mientras que Yosef (José) era su «primer ministro» que disfrutaba de poderes ilimitados. No se puede decir ni una sola palabra mala acerca de ninguno de ellos. Así es como el Creador «exaltó» a todo el pueblo para que «ganara peso» y se volviera «obeso». Entonces, el Creador empezó a quitarle la «grasa de la abundancia» al pueblo judío, para que pudieran experimentar nuevas tendencias sobre su propia «piel».

La reducción de los ingresos y la pérdida de capital son dos cosas diferentes. Se siente diferente cuando no somos capaces de ganar mil dólares adicionales, que si perdemos sólo cien dólares que ya estaban en el bolsillo. Estos desafortunados cien nos causan aún más pena que si no logramos ganar un extra de mil, puesto que ya eran nuestros. Durante todo un mes nosotros revivimos la pérdida de esos cien dólares, mientras que la pérdida de los mil dólares potenciales no deja en absoluto un sabor tan amargo en nosotros.

Es por eso que hoy en día la humanidad se eleva a un nivel material muy alto. En este momento, nos están quitando el «depósito de grasa», una capa tras otra, hasta que se revele la «carne», es decir, hasta que todo el tejido corporal sea «despojado» del hueso. A esto se le llama «siete años de hambre», que terminarán en las «diez plagas de Egipto», durante las cuales los «egipcios» continuarán «odiando y despreciando a los judíos». En otras palabras, nuestra oposición a nuestro propio egoísmo se nos vuelve intolerable, y ya no sabemos qué hacer con él. Al mismo tiempo, sabemos que es nuestro ego el que no nos permite respirar.

¡Hoy en día, nosotros lo tenemos todo: estructuras bancarias, industria desarrollada, sistemas sanitarios y una buena educación… lo que queramos! Sin embargo, estos mecanismos actúan en nuestra contra. Los médicos y los farmacéuticos están interesados ​​en mantener enfermas a las personas para poder alimentarnos con medicamentos cuestionables, o la mayoría de las veces, inútiles. La industria y el comercio se han convertido en «instrumentos de engaño y chupadores de dinero». Para acortar la historia, todos los sistemas hechos por el hombre de los que solíamos depender resultaron estar corruptos.

Esto ocurrió hace solo unos 60-70 años. Pensábamos que estábamos acercándonos a un «futuro brillante» en el que todos tendríamos una casa, un trabajo, que gozaríamos de buena salud, iríamos de vacaciones, y tendríamos un plan de pensiones decente. En cambio, cuando llegamos a cierto nivel, nuestros deseos egoístas comenzaron a descender y sepultaron nuestras esperanzas. La clase media está desapareciendo gradualmente, y todo está volviendo a los círculos de antes: las élites arriba y miles de millones de personas hambrientas en la parte más baja. A esto se parecen los siete años de hambre.

¿Cómo puede ser? ¿Dónde está la lógica? Las élites deben estar temerosas de que este escenario provoque gran agitación y disturbios. Los pobres harán preguntas y será imposible detenerlos. Por otra parte, la clase alta no será capaz de dejar de drenarle a su pueblo todo lo que tiene; no les dejarán nada, y esto los llevará a la pobreza absoluta. El egoísmo no permitirá que la clase alta cambie su comportamiento, porque este es el programa que está corrupto en ellos.

En el camino hacia la riqueza, así como durante las caídas en la pobreza, uno mide y evalúa las pérdidas. Las personas que estaban arriba y luego cayeron, pensarán mucho acerca de lo que realmente pasó con ellas. Mientras piensan en sus vidas, de repente ven: «Nuestro egoísmo nos ha devorado. Nuestra propia naturaleza es nuestro enemigo. Esta no nos permite que vivamos bien. Si no corregimos nuestra naturaleza, estaremos totalmente perdidos».

Incluso la élite y los «Cresos» que sobrevivirán y ganarán las batallas de capital se sentirán así. Digamos, sólo cien ganadores saldrán del infierno de las luchas por la supervivencia. Ellos «doblarán» a los demás. No va a haber ningún vínculo conector de transición que alimente las capas intermedias de la sociedad. Los futuros mecanismos de gobierno pasarán a un espacio virtual. Al final, cada persona hará una pregunta importante: «¿Qué hago ahora?» Ellas verán que su egoísmo destruye las fronteras, se enloquece, y hace lo que quiere. Nuestra naturaleza nunca nos permitirá obtener el equilibrio.

¡Es demasiado obvio! ¿No es suficiente con distribuir una parte de nuestros ingresos a los pobres y apoyar el sustento de ellos? Sin embargo, incluso la mayor asistencia caritativa desaparece sin dejar rastro, como en África. No importa cuánto dispensamos a los necesitados; nunca quedará nada y nunca será suficiente. Sus necesidades sólo siguen creciendo.

Este es el punto en el que las personas comenzarán a gritar acerca de la maldad que se revelará en ellas, cuando entiendan que no pueden hacerle frente a su egoísmo. Es como si una serpiente se arrastrara dentro de cada uno de nosotros y ahora nos comiera desde dentro, como un tumor canceroso que no puede ser tratado.

Este es un escenario de cómo evolucionará el mundo externo. No tenemos derecho a sentarnos y a esperar a que esto suceda. Tenemos que avisarles finalmente a las personas acerca de la metodología de la corrección, y tenemos que hacerlo inmediatamente.

Estamos haciendo todo lo posible por hacerlo. Nosotros aceleramos el tiempo y nos desarrollamos junto con el Creador, con el grupo, con el ejemplo de lo que tenemos que lograr con el tiempo. Sabemos de antemano lo que nos traerá nuestro desarrollo: unidad, aspiración por ayudar a que los demás aprendan a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, la distribución equitativa basada en la educación integral. Hemos establecido este ideal y siempre aspiramos a él.

Así, además de los problemas que nos empujan desde atrás, tenemos un poder más que nos empuja hacia adelante. A pesar de que los golpes en el futuro serán muy fuertes, tenemos una fuente de arrastre adicional que nos atrae hacia adelante. Tenemos el conocimiento, aspiramos a nuestra misión, y perseguimos nuestra meta. Nosotros estudiamos la imagen que está frente a nosotros y ésta comienza literalmente a florecer y a acelerar el tiempo.

De una u otra forma, todos se darán cuenta eventualmente que el egoísmo es malo y nos matarán. Esto será tan obvio que todo lo que tendremos que hacer es cavar por nosotros mismos nuestra propia tumba. Después de todo, no podemos ir contra la naturaleza a menos que utilicemos el método de corrección que ha sido creado especialmente por esta razón.

(104051 – De la 4º parte de la lección diaria de Cabalá 2 de Abril 2013, Escritos de Rabash)
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