Sin la sensación de vergüenza no llegarás a ninguna parte

Baal HaSulam, «Matan Torá» (La entrega de la Torá), ítem 8: Esto se debe a que hay una ley natural de que el receptor siente vergüenza e impaciencia al recibir los regalos del dador de la compasión y la piedad.

De aquí se extiende una segunda ley, que nunca nadie será capaz de satisfacer al máximo las necesidades de su amigo, porque al final no será capaz de darle a él la naturaleza y la forma del dominio de sí mismo, puesto que sólo con esto se alcanza la perfección deseada.

En realidad, el Creador no puede cubrir y compensar la sensación de vergüenza por Sí mismo, sin nuestra participación. Nosotros tenemos que atravesar de manera independiente las diferentes etapas, revelando y corrigiendo así nuestros defectos; obviamente usamos Su fuerza para llevar a cabo la corrección, pero el ciclo debe llevarse a cabo de la siguiente manera:

     – Yo descubro cuan corrupto soy.

– El problema que se revela no está en mí, sino en mi actitud en comparación con la     actitud del Dador.

     – Yo determino cual es la imperfección con respecto a esta.

     – Busco la manera de corregir esta imperfección y cómo completarla.

     – Le pido al Creador la fuerza para corregir la imperfección.

Esto significa que esta acción es muy complicada y está hecha de muchos componentes; es imposible arreglárnoslas sin ella. La persona tiene que sentirla realmente, no hay otra opción. Ella tiene que sentirla y atravesar de los diferentes estados en el camino, con la ayuda del Creador, por supuesto, es decir con la ayuda de la fuerza superior, de la Luz. Pero ella tiene que participar en cada etapa y en cada decisión.

Es imposible recibir un regalo de alguien, disfrutarlo, y sentir que es tuyo. Siempre existe la sensación de vergüenza ante el dador. En nuestro mundo, el problema se resuelve mediante el ocultamiento del Creador, quien de esta manera nos permite revelarlo a Él sólo en la medida en que podamos soportar la sensación de vergüenza.

El Creador está oculto y la vergüenza se revela sólo en la medida en que yo esté dispuesto a asemejarme a Él, a aclarar el asunto de mi recepción. Cuanto más avanzo, más fina y sensible se vuelve mi percepción, y entonces estoy listo para la revelación de la vergüenza. En cierto modo, esto es similar a lo que ocurre en nuestro mundo.
(91415)
De la 4º parte de la Lección diaria de Cabalá del 29 de Octubre del 2012,, «Matan Torá» (La entrega de la Torá)

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