Pregunta: ¿Quién es el enemigo más terrible del hombre en el trabajo espiritual?
Respuesta: ¡El enemigo más terrible es él mismo y sus cualidades que son opuestas al Creador!
Se revelan a nosotros poco a poco, en la medida en que podemos resistirlas.
De otro modo, estaríamos paralizados y no podíamos hacer ni un movimiento interior o exterior.
¡Por eso, nos revelan la ocultación poco a poco, mostrando que en realidad no existimos como unas ciertas personas!
Sólo en la medida en que estoy capaz de adherirme al Creador, me revelan un pequeño trozo de la verdad. Respecto a todos los otros pensamientos, deseos y cualidades, no me muestran en cuánto estoy gobernado desde arriba, sino que me inducen a pensar que yo “determino” todo.
Es decir, poco a poco me revelan el hecho de que en realidad no existo ¡Soy simplemente una marioneta que mueven mediante hilos!
Pero en aquella medida que soy capaz de anularme ante el entorno y ante el Creador y usar mi libre elección, me entregan la independencia.
Me revelan la posibilidad de construir una pequeña parte más de mi personalidad independiente, hasta terminarla completamente.
Esto significa que me encontraré en la unión con el Creador: en el deseo opuesto, pero en la igualdad de intención.
Resulta que nunca salimos de la gobernación de la Fuerza Superior, pero poco a poco baja la ocultación en nosotros, de acuerdo a cuánto estamos listos para adherirnos al Creador.
Ante mí parece como si se abriera una cortina. Primero me encuentro en la oscuridad completa y pienso que existo y tengo la independencia.
La cortina se abrirá y la ocultación se desaparecerá a medida que pueda soportar el hecho de mi impotencia, sobrevivir este golpe interior y esta vergüenza, y adherirme al Creador.
Aquí todo depende de mi sensación. El estado mismo no cambia, sino que solamente mi percepción.
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