Un hombre no se rinde

La Cabalá responde la pregunta acerca del significado de la vida. En realidad, esta pregunta es muy importante. Es así porque en mi búsqueda de una respuesta a esta pregunta, me examino principalmente a mí mismo ¿Tengo la actitud correcta hacia la vida en todo lo que hago?

Tengo el deseo por placer que me obliga a crear una familia, a tener hijos, y a cuidar de ellos, de mi trabajo, de mi futuro, de mis padres, de mi entorno más cercano, de mi ciudad, de mi país, e incluso tal vez del mundo entero. Y todo esto es sólo para que yo sufra menos.

De esta manera, al final, sólo soy dirigido por diferentes grados de sufrimiento. En el mejor de los casos, soy manejado por la forma en la que puedo beneficiarme de ello. Sin embargo, ¿Qué pasaría si debo elevarme por encima de esto? ¿Si dejara de depender del sufrimiento y del placer y me volviera objetivo, como un Hombre con H mayúscula? Tal vez entonces me liberaría de esos lazos. Después de todo, nada me impulsa a formar una familia excepto los instintos animales, y los instintos sociales me hacen seguir las leyes sociales ¿Qué haría si no estuviera manejado por el sufrimiento y el placer?

Hoy, soy similar a un animal que está siendo dirigido en cada paso del camino, estimulado y forzado a frenar con las dos riendas de dolor y dulzura. Soy como un muñeco, una marioneta, un frágil mecanismo que carece de la oportunidad de hacer algo por su cuenta, incluso un diminuto fragmento en su camino.

¿Entonces puedo tomar el control de esas dos riendas? Si no, ¿puedo al menos analizar la situación, entender qué está sucediendo y con qué propósito? Por otra parte, ¿Debo siquiera realizar esfuerzos por elevarme? Tal vez sería mejor cerrar mis ojos y sumergirme en prácticas religiosas u otro tipo de prácticas. Tal vez si me desconecto de la esencia eso me dará paz por el resto de mi vida.

Aquí es donde se manifiesta la persona que no se rinde y rechaza lo que más le importa. Sin importar el placer, el sufrimiento, la vergüenza, el orgullo, y otros métodos que lo dirigen y controlan en la vida, aun así él busca su independencia. «Que suceda lo que debe suceder, pero yo encontraré la esencia. Aquí es donde me siento como una persona. No hay otra manera». Abraham buscó personas así en la antigua Babilonia, y encontró varios cientos.

Este es el criterio que le ayuda a la humanidad a determinar el nivel al que llega su elemento animal y el nivel en el que está listo para convertirse en Hombre.

¿Somos capaces de acelerar el desarrollo humano a través de la diseminación y educación para que llegue más rápidamente a esas preguntas fundamentales? En esencia, en nuestros días, esto significa el trabajo «social».

(61645 – De la 4º parte de la lección diaria de Cabalá del 24 de Noviembre del 2011, «La esencia de la religión y su propósito»)

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