Un mensaje para la nube de gloria

thumbs_laitman_935El Midrash, «El libro de Itró [Jetró]»: Cuando Itró se acercó al campamento de los hijos de Israel, él le escribió una carta a Moisés diciendo: «Tu suegro Itró ha llegado. Por favor ven y encuéntrate conmigo. Si no vienes por mí, por favor hazlo por tu esposa Zipporah [Séfora]; si no lo haces por ella, hazlo por sus dos hijos». Itró ató la carta a una flecha y la disparó hacia la Nube de Gloria. La Nube usualmente rechazaba todo, pero a causa de Moisés dejó que este mensaje pasara.

Este pasaje habla acerca de un estado interno de la persona. No hay conexión entre la propiedad de «Itró» y la propiedad de «Moisés». Moisés se separó de Itró, y es por eso que Itró dice, «tenemos una oportunidad de establecer una conexión entre nosotros; si no entre tú y yo, entonces entre tú y Zipporah, si no con Zipporah, entonces con sus dos hijos». Él está buscando una manera de establecer una conexión. «Enviar una flecha a la Nube de Gloria» significa que Moisés permanece en el próximo nivel (elevado) y es imposible llegar a él.

Cuando en la espiritualidad ellos dicen que «alguien envía un mensaje (o un enviado o un intermediario) a otro, es porque no es posible abordarlo directamente», significa que dos propiedades (recepción y otorgamiento) son incompatibles y que no se entienden entre sí. Itró es una propiedad de recepción (egoísmo), mientras que Moisés representa la propiedad de otorgamiento. Esas dos propiedades son incompatibles dentro de la persona, entonces debe haber un «adaptador» que las conecte. Lo único que la propiedad llamada «Itró» es capaz de hacer es elevar sus deseos y «enviar un mensaje a la Nube de Gloria», es decir a la propiedad de Moisés la cual de otra manera es incapaz de abordar o entender.

La separación que existe entre Moisés e Itró es esencial e indispensable. En este punto, juntos comienzan a crear una conexión. Este es el momento en que las propiedades egoístas comienzan a manifestarse en el pueblo de Israel. El pueblo de Israel salió de Egipto sin corregir esas propiedades; ellos simplemente disminuyeron esas cualidades sin implementarlas.

Este es el momento en que esas cualidades gradualmente comenzaron a corregirse; Itró es una manifestación de las mismas propiedades egoístas, pero ahora tienen un deseo de alcanzar el nivel de Moisés. Este nivel ya está «sembrado» en Itró, dado que Moisés pasó 40 años junto a Itró (la distancia de Maljut a Bina) dejando este punto en él. Este punto es «la flecha» que Itró le envía a Moisés. Naturalmente, Moisés regresa y lo afronta ya que ningún hombre es capaz de rechazarlo, dado que se da cuenta cuán esencial es esto para él.

Moisés le cuenta a Itró todo lo que le sucedió. Itró comienza a sentir de lo que está hablando y bendice al Creador por todo lo que Él hizo con Israel. Esas dos propiedades dentro de la persona comienzan a sentirse entre sí y a incorporarse unas en las otras. Antes que nada, Moisés tiene que hacer el trabajo en el nivel de Bina, y después continuar usando sus cualidades inferiores (más bajas, llamadas «pueblo») es decir que el trabajo espiritual siempre se hace en el plano más delgado y sólo más adelante se le añaden los deseos más gruesos.

Moisés transfiere la Torá a Itró hasta el grado en que la Torá entra al egoísmo y comienza a trabajar dentro de este. Después que Itró recibe la Torá, él a su turno le explica a Moisés cómo trabajar con el egoísmo.

La distancia entre Maljut y Bina son 40 pasos (o 40 años). Itró es Maljut que se eleva al nivel de Bina y se anexa a este. Moisés entonces se incluye en Itró y comienza a trabajar en él, lo cual es Bina que desciende a Maljut.

Moisés le entregó la Torá a Itró en una forma alegórica; él parcialmente abarcó los pasos que ya habían sido cubiertos por Moisés y por el pueblo, es decir las cualidades que ya habían sido corregidas. Entonces, Itró le dice a Moisés cómo trabajar con el egoísmo es decir Maljut que se eleva hasta Bina crea el sistema que trabaja con el egoísmo. Dado que el nivel superior (Bina) tiene que incorporar el egoísmo con el fin de resolver cómo trabajar con este y crear un sistema de corrección gradual del «egoísmo dentro del egoísmo». Es por eso que Itró y Moisés tienen que ser incluidos uno en el otro en vez de permanecer separados.

Después que Moisés transfiere la Torá a Itró en la forma que él más necesita con el fin de regresar con su pueblo y corregir sus deseos inferiores (Itró es un paso de transición hacia deseos inferiores que permanecen como «su pueblo»), Moisés recibe de Itró un sistema que trabaja con el egoísmo. Él comienza a darse cuenta de las formas de fragmentarlo en docenas y cientos de miles de piezas y aprende cómo trabajar con el grosor (Aviut) de los deseos, es decir con algo que hace falta en Bina a causa de su transparencia. Cuando el Aviut aborda a Bina, ahí aparece una necesidad de iniciar un sistema jerárquico. Así es como se construye el sistema, aun cuando no es muy típico de Israel.

Israel es una propiedad de Bina, una cualidad de otorgamiento. Sin embargo, el pueblo de Israel salió de Egipto habiendo absorbido su egoísmo por completo. En este punto, ellos comenzaron a «organizar» el egoísmo y a darse cuenta de cómo trabajar con este, paso a paso. Por causa de Itró, el pueblo de Israel adquirió una oportunidad de aceptar el sistema que dirige al egoísmo.

(103108 – Del Kab.TV «Misterios del Libro Eterno» del 3/11/13)

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