Una carnada para el egoísmo

Pregunta: Si soy el deseo de recibir por completo, entonces  ¿puedo realmente desear hacer algo por el Creador desinteresadamente?

Respuesta: No, no puedo. Sólo estoy listo para hacer algo que dé placer a mi deseo. Esta es mi naturaleza y no puedo salir de ella por mi cuenta. Actúo sólo si es de provecho para mí. Es así como el Creador me hizo y nada se puede hacer al respecto.

En el lenguaje de la Cabalá este estado es llamado «este mundo«. Pero hay además otro estado, «el mundo por venir» o «el mundo superior» donde existiré si no hago mis cálculos basado en el deseo egoísta por placer, sino en el deseo altruista de otorgar.

Sin embargo, ¡no tengo ese deseo y ni siquiera quiero que aparezca! Eso es verdad, pero se te ofrece ayuda:

1. Tu punto en el corazón es despertado y comienzas a pensar en esto.

2. Eres traído al grupo donde puedes ser reforzado con la ayuda de los amigos.

3. Se te dan libros y un maestro, que te acompaña en el camino espiritual si lo deseas.

De esta manera, se te proporcionan todos los medios necesarios y una explicación del hecho de que aparte de tu propia naturaleza, existe además una naturaleza más alta, la naturaleza del Creador, que opera por medio del cálculo del otorgamiento. El comienzo está preparado: tienes una chispa, un entorno, y libros. Este es el punto de partida, la «gota de semen» a partir de la cual puedes desarrollar tu futuro yo.

Todas las otras condiciones dependen de ti. El balón está en tu cancha. Si usas los medios que tienes correctamente, entonces adquirirás una segunda naturaleza. Mientras tanto, recibes una explicación que es benéfica para ti, que te sentirás mucho mejor «ahí», que tendrás eternidad, triunfo, perfección, etc. Recibes una explicación que es clara para tu egoísmo.

Sin embargo, en realidad el mundo espiritual no será develado en tu deseo actual porque será transformado en el proceso. Es similar a como en nuestro mundo los niños crecen basados en «promesas». «Si lees este libro tendrás un balón de futbol», le digo a mi hijo. El toma el libro esperando conseguir el balón, pero al leerlo, cambia gradualmente y ya no necesita un balón, sino una bicicleta.

Tras engullir la «carnada» inicial, una persona inconscientemente entra al camino del desarrollo y exige cada vez más una recompensa «progresiva» incluso cuando aun no ve la meta final. Nosotros debemos confundir también nuestro egoísmo de esta manera para participar en la vida del grupo y gradualmente ser «permeado» por el más alto estado.

Debemos llegar a ser maestros en «estafar» nuestro egoísmo. Una persona en este mundo es un animal inteligente y tenemos que usar el ego, tirándole una carnada para que nos ayude en el camino, todo el tiempo hasta entrar al mundo espiritual.

(30788 – De la 1º parte de la lección diaria de Cabalá del 12/26/10, Escritos de Rabash)

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