Una guerra sin ganadores

La situación actual de la nación de Israel es diferente de lo que fue en el pasado. Nos estropeó la impresionante victoria de la Guerra de los Seis Días, y nos sentimos muy orgullosos de nuestra fuerza. Así ha sido hasta hace poco tiempo, pero en la última operación «Pilar Defensivo» ha hecho una corrección para nosotros, porque por primera vez no salimos como vencedores, sino más bien confusos, perplejos, y golpeados. Esta es una lección muy importante, una gran corrección que se produjo en cada uno de nosotros. Tenemos que sentir profundamente esta sensación desagradable y tratar de no borrarla.

Nosotros ya entendemos que sin importar cómo hayamos realizado esta operación, ésta no podía haber finalizado de manera exitosa. Es totalmente inútil, y sólo estamos haciendo que el mundo entero se vuelva cada vez más contra de nosotros. Por primera vez, estamos empezando a comprender que estamos impotentes y que no podemos hacer nada. La próxima vez que las cosas empeoren en un par de años, será aún peor. Este es un conflicto que no tiene solución, aquí y ahora.

Es bueno que hayamos alcanzado esta comprensión que ahora nos obliga a encontrar la verdadera respuesta. Nosotros no podemos ganar usando la misma fuerza que está usando aquellos que nos atacan.

Espero que ahora las personas comiencen a escucharnos, puesto que no tienen otras soluciones. De lo contrario la situación será simplemente imposible. Este problema no tiene una solución racional basada en la lógica de este mundo. Pero con el tiempo, seremos amenazados no sólo por los vecinos que nos rodean por todas partes, sino por el mundo entero que podría levantarse contra nosotros y tomar partido. Incluso ahora todos están apoyándolos a ellos y a nosotros no se nos quiere en absoluto. Así que, ¿qué haremos entonces?

Tendremos que escuchar lo que dice la sabiduría de la Cabalá, la cual explica que la solución está en otro plano. Es imposible resolver este problema por los medios convencionales, sólo podremos hacerlo con la ayuda de la fuerza superior. ¡Por ello, el problema está revelándose!

Todos deben experimentar la derrota más profunda dentro de su alma, como si los hubieran metido dentro de una «lavadora» que lava los últimos vestigios de orgullo. Al mismo tiempo nosotros seguimos adquiriendo una sabiduría que nos permite entender que la solución está en otro nivel.

Ahora ya podemos volvernos hacia la nación abiertamente y decirle: «¡Miren, estamos frente a una pared! Podemos romperla (y la pared está dentro de nosotros), o este será el lugar de nuestro entierro. La situación es la misma que la situación ante el Mt. Sinaí donde aceptamos la condición: Conectémonos como un hombre con un corazón y revelemos por medio de ello la fuerza superior entre nosotros, o este será el lugar de nuestra tumba.

(93869 – De la 3° parte de la lección diaria de Cabalá del 23 de Noviembre del 2012, «Un discurso para la conclusión del Zóhar»)

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