Una Nación Que No Existe

Hablemos sobre el pueblo judío en primera persona.

Tenemos que elevarnos a la base común que nos conecta, nosotros no podemos mantener la conexión mutua entre nosotros como otras naciones, necesitamos la fuerza conectora, lo cual significa la Luz superior. El pueblo de Israel no puede existir sin el Creador que se revela entre ellos. En el pasado, en el momento en que la fuerza superior se desapareció, fuimos destrozados y dispersados por todo el mundo y dejamos de ser una nación, puesto que una «nación» es una vasija colectiva.

Con relación a las naciones en general, el período de evolución «barajó todas las cartas». Ya no hay una división exacta, no hay raíces claras. Así que cualquier persona que quiera unirse y participar en el cumplimiento del principio de «Ama a tu amigo como a ti mismo» pertenece a la categoría de «Israel», lo cual significa que anhela al Creador (Yashar El, directo al Creador). Todos los demás pertenecen a la humanidad en general.

Hoy, después de esta mezcla general, en la que el mundo se ha vuelto una «ensalada», sólo la Luz superior puede diferenciar entre nosotros. Como un imán, ésta atrae hacia arriba a las personas que pertenecen a Galgata ve Eynaim que provienen de las masas. Los otros se mantienen abajo, en AHP. Es la Luz la que revela las vasijas y entonces tenemos que trabajar en estas partes.

Así que para intentar arreglar entre nosotros la conexión que es típica de una nación, tenemos que estar en una altura espiritual. De lo contrario, sin la Luz, esta conexión será simplemente imposible. No es por casualidad que Baal HaSulam nos habla en el periódico HaUmá (La Nación), de la educación especial que necesitamos. Las otras naciones no necesitan tal cosa.

Así que tenemos que conectarnos en un grupo que trabaje para convertirse en un todo único «como un hombre en un corazón». Esta es la condición para la existencia del pueblo de Israel. Nosotros no podemos mantener esta conexión a nivel corporal, sobre la base de nuestra historia y geografía comunes. Por el contrario, han sido épocas de la historia y la geografía que ya no nos conectan. Lo único que puede unirnos y llevarnos al amor mutuo y a la conexión es la Luz que Reforma. No se trata solo de conexión, sino de una conexión espiritual.

Simplemente no estamos hechos para la conexión corporal, puesto que nosotros no pertenecemos al AHP, sino a Galgalta ve Eynaim. No podemos ser como las demás naciones, no tenemos las fuerzas necesarias para ello, no tenemos el atributo interior correspondiente. No podemos tomar ejemplo de ellos. La única opción es corregirnos a nosotros mismos.

Esto se debe a que vivimos por medio de leyes opuestas: Cuando la ruptura está entre nosotros, caemos en el odio infundado en vez del amor fraternal. No existe una cosa semejante entre las naciones del mundo. Nosotros, sin embargo, sentimos repulsión hacia los demás. Si no fuera por el odio que sentimos de parte de nuestros vecinos y del mundo entero, podríamos mantenernos lo más alejados posible unos de otros. Nosotros no nos casaríamos ni querríamos colegas. La fuerza de la ruptura operaría entre nosotros.

Sólo nos une el odio general hacia nosotros, como nueces en una bolsa, como un rebaño que aún tiene esperanza de ser salvado. De lo contrario, estaríamos dispuestos a disolvernos, a asimilarnos en un lugar lejano donde pudiéramos vivir una vida buena y cómoda.

Así que no podemos compararnos con otras naciones. Después de todo, ellas no estuvieron en un nivel espiritual; ellas no se rompieron hace dos mil años ni cayeron en el nivel corporal. Es una falsa esperanza pensar que nos uniremos como todos los demás y nos volveremos una nación. Lo que llamamos el «Estado de Israel» no existe sino solo temporalmente, con el fin de que podamos llegar a una verdadera conexión. De lo contrario, no hay ninguna razón para su existencia.

Todo lo que aparentemente nos conecta hoy viene de afuera y fácilmente se vendrá abajo. Dale a la gente una oportunidad y fácilmente se asentará en otro lugar. Ellos pueden tener algunos sentimientos, pero no hay conexión. Esto se debe a que no hemos corregido la ruptura, así que no hay manera de que podamos conectarnos. Nosotros necesitamos una educación especial, en vez de ello, estamos descendiendo cada vez más…
(85424)
De la 4° parte de la Lección Diaria De Cabalá del 13 de Agosto del 2012, Escritos de Baal HaSulam

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